Along with the Gods: Los dos mundos (2017)

“Along with the Gods: Los dos mundos” es un espectáculo visualmente deslumbrante, pero cuya sustancia narrativa y ejecución se queda terriblemente corta. La película se presenta como una ambición desmesurada, un intento audaz de fusionar conceptos mitológicos griegos y coreanos, resultando en una experiencia cinematográfica que, aunque entretenida en su superficie, se siente superficial y decepcionante en su núcleo.

La dirección de Tarsem Singh es, sin duda, el punto fuerte de la película. Las escenas del más allá son verdaderamente espectaculares, utilizando una paleta de colores vibrantes y una imaginación desbordante para crear paisajes oníricos que parecen sacados directamente de un sueño. La coreografía de las batallas entre las almas en el infierno es particularmente impresionante, un torbellino de luces, efectos especiales y cuerpos que se fusionan y se separan con una virtuosismo visual que, sin embargo, se siente como un despliegue técnico más que una narrativa convincente. Singh, para bien o para mal, no se atreve a abrocharse los bolsillos; se deleita en la ostentación y en la grandilocuencia.

El guion, adaptado de la novela homónima de Kim Jin-young, es el mayor problema de la película. La historia de Ja-hong, el bombero que debe defender su inocencia para reencarnarse, es trillada y predecible. El conflicto central, la lucha por la justicia y la redención, se presenta de una manera que carece de profundidad emocional y de originalidad. Los personajes secundarios, aunque visualmente interesantes, están mal desarrollados y sus motivaciones son poco claras. El guion intenta entretejer elementos del folclore coreano con la mitología griega, pero la integración es torpe y, en ocasiones, resulta confusa. El ritmo es irregular, alternando momentos de acción frenética con escenas contemplativas que, en su mayoría, se sienten forzadas.

Las actuaciones son desiguales. Ryan Reynolds ofrece una interpretación competente como Ja-hong, aunque su personaje no está suficientemente dotado de profundidad. Sin embargo, el elenco de peso, incluyendo a Bill Skarsgård y Russell Crowe, no logran desatar su potencial. Crowe, en particular, se limita a interpretar un papel de mentor arquetípico, sin aportar ninguna sorpresa o complejidad al personaje.

En definitiva, “Along with the Gods: Los dos mundos” es una película que promete mucho, pero que, finalmente, no cumple sus expectativas. Es un ejercicio de estilo visual, un despliegue de efectos especiales y una apuesta por la originalidad que, en última instancia, se revela como un espectáculo vacío. Se siente como una película que podría haber sido mucho más si se hubiera preocupado por darle sustancia a su premisa y desarrollar a sus personajes.

Nota: 5/10