“Alpha” es, en su esencia, una película sobre la supervivencia y, de forma más profunda, sobre la conexión con la naturaleza y la búsqueda de pertenencia. La película de Vincent Gascard, ambientada en el corazón de la última Edad de Hielo, no se centra en la acción constante, sino en la lenta y palpable construcción de un vínculo entre un hombre vulnerable y un lobo solitario. Es una película que, a pesar de su aparente sencillez, logra evocar una poderosa sensación de soledad y lucha por la supervivencia, elementos que resuenan con fuerza en el espectador.
La dirección de Gascard es fundamental para el éxito de la película. Evita la sobreexposición visual, optando por un estilo crudo y realista que transporta al público a ese entorno hostil y despiadado. El paisaje, capturado con una belleza austera y casi primordial, se convierte en un personaje más, un recordatorio constante de la fragilidad humana frente a la implacable fuerza de la naturaleza. El uso de la luz y la sombra es magistral, creando atmósferas tensas y claustrofóbicas que intensifican la sensación de peligro inminente. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que el espectador se sumerja en la experiencia del protagonista, experimentando su hambre, su frío y su desesperación.
Las actuaciones son sobresalientes. Sam Corlett, en el papel del joven, transmite una vulnerabilidad y un coraje silencioso que cautivan al instante. Su personaje, a pesar de su falta de experiencia, demuestra una determinación inquebrantable para sobrevivir. Pero la verdadera revelación es la interpretación de la actriz de voz que da vida al lobo, una voz imponente y llena de matices que comunica frustración, desconfianza y, eventualmente, lealtad. La química entre Corlett y la voz del lobo es palpable, creando una relación de dependencia y respeto que es el corazón emocional de la película. Se aprecia una evolución en la interpretación de la actriz con cada escena, demostrando una comprensión profunda de la complejidad de su personaje.
El guion, aunque sencillo en su planteamiento, logra generar un impacto emocional considerable. La película no se dedica a explicar el mundo que rodea al protagonista, sino que se centra en su lucha interna y en su relación con el lobo. La trama evita los clichés del género de supervivencia, evitando explicaciones fáciles y permitiendo que la película se desarrolle de manera orgánica. El diálogo es limitado, pero cada frase es significativa y contribuye a la construcción de la relación entre los dos personajes. La película, en última instancia, se pregunta si la supervivencia justifica cualquier sacrificio, y si el amor puede encontrarse incluso en los lugares más inesperados.
En definitiva, “Alpha” es una película que, más allá de la aventura épica que sugiere su sinopsis, es una meditación sobre la soledad, la supervivencia y la conexión. No es una película para todos los públicos, pero para aquellos que aprecien el cine atmosférico y con personajes bien construidos, es una experiencia gratificante y memorable.
Nota: 7/10