Als Unku Edes Freundin war (1981)

“Als Unku Edes Freundin war” no es solo una película; es una experiencia visceral que te atrapa desde sus primeros momentos y te aferra con la fuerza de una melodía melancólica. Dirigida por Tom Jahn, la cinta nos transporta a la Alemania de los años 30, un país sumido en la rigidez de las tradiciones y la creciente sombra del nazismo, ofreciendo un retrato sutil pero impactante de la intolerancia y la lucha por la libertad individual. La película se centra en Ede, un artista de circo atormentado por un pasado no revelado, que se encuentra irremediablemente ligado a Unku, una joven gitana de espíritu indomable y una belleza deslumbrante interpretada magistralmente por Jacqueline Ody.

La dirección de Jahn es impecable. El uso de la luz y la sombra, el encuadre preciso y el ritmo pausado crean una atmósfera de tensión constante, subrayando la vulnerabilidad de los protagonistas y la amenaza latente que se cierne sobre su relación. No se recurre a artificios espectaculares; la belleza de la película reside en su sencillez, en la capacidad de transmitir emociones profundas a través de la mirada y el silencio. La fotografía de Martin Trettau es especialmente notable, capturando la esencia de la vida en el circo, con sus colores vibrantes y sus momentos de intimidad, contrastando con la oscuridad y la melancolía del mundo exterior.

La interpretación de Jacqueline Ody como Unku es, sin duda, el corazón palpitante de la película. Ody logra dar vida a un personaje complejo y contradictorio: fuerte y rebelde, pero también vulnerable y atormentada. Su mirada, cargada de emociones y con una profunda melancolía, es suficiente para comunicar una historia de amor, dolor y esperanza. La química entre Ody y Tom Jahn, quien interpreta a Ede, es genuina y palpable. Sus interacciones son cargadas de tensión, pasión y un anhelo compartido. A pesar de sus diferencias, la conexión entre ellos es innegable y, en algunos momentos, conmovedora.

El guion, coescrito por Jahn y Martin Fitzemps, evita los clichés del melodrama romántico. Se centra en la autenticidad de las emociones y en la exploración de la lucha por la libertad personal. Si bien la trama puede sentirse a veces un poco lenta, la riqueza de los detalles y la profundidad de los personajes compensan con creces cualquier posible lentitud. La película no ofrece respuestas fáciles ni finales felices; simplemente presenta la complejidad del amor y el poder de la conexión humana frente a la adversidad. La ambientación histórica, aunque discreta, contribuye significativamente al tono general de la película, reforzando la sensación de estar presenciando un fragmento de la historia que podría haber sido silenciado.

“Als Unku Edes Freundin war” es un retrato conmovedor y perspicaz de un amor prohibido en tiempos de intolerancia. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que aprecien el cine de autor, con personajes bien construidos, una dirección cuidada y una historia que resuena con la fuerza de la emoción, es una experiencia cinematográfica imprescindible.

Nota: 8/10