Alta fidelidad (2000)

“Alta Fidelidad” (High Fidelity) no es solo una comedia romántica, sino una meditación nostálgica envuelta en la vibrante atmósfera de los años 90 y en la peculiaridad de un negocio de discos en Chicago. Rob Gordon, interpretado magistralmente por Jack Black, es un personaje que transciende la simple comedia, convirtiéndose en una figura compleja y profundamente humana. La película, dirigida con una sensibilidad notable por Nick Hornby, no se limita a contar una historia de amor fallida; explora, con una honestidad brutal y a menudo dolorosa, el impacto de las relaciones pasadas en el presente y en la forma de ver el mundo. Black, lejos de caer en la caricatura, logra transmitir la vulnerabilidad y la desesperación de Rob con una sutileza que es, en definitiva, la clave del éxito de la película.

El guion, adaptado de la novela homónima de Nick Hornby, es un triunfo. La estructura, basada en la confesión de Rob a un posible interés romántico, permite al espectador acceder directamente a sus pensamientos y recuerdos. Las "cinco principales" – las mujeres que han marcado su vida – no son simplemente enumeradas; se exploran en profundidad, revelando las razones detrás de la decepción y la autocrítica. La película no juzga a Rob, sino que lo presenta como un ser imperfecto, atrapado en sus propios miedos y arrepentimientos. Hornby logra capturar con precisión el tono melancólico y el humor seco que caracterizan la obra original, evitando clichés y ofreciendo un retrato realista de las complejidades del amor y el desamor.

Las actuaciones son impecables en su conjunto. Además de la ya mencionada interpretación de Jack Black, Paul Rudd como Dick y William H. Macy como Barry aportan matices a sus personajes, creando una dinámica de amistad entrañable y, a la vez, reveladora. La química entre los tres actores es palpable y contribuye significativamente al ambiente cómico y a la carga emocional de la película. Sin embargo, la película no se centra únicamente en las relaciones masculinas; Laura (Lena Olin) es un personaje fuerte y determinado que desafía a Rob y lo obliga a confrontar su propia inmadurez. La relación entre ambos no es idealizada, sino que se presenta con sus contradicciones y sus tensiones, lo que la hace aún más convincente.

Más allá de la comedia y el romance, “Alta Fidelidad” es una película sobre la música, no solo como pasatiempo, sino como una forma de vida. Las listas de las "cinco principales" son un testimonio de la pasión de Rob por la música y una reflexión sobre el poder de la música para evocar recuerdos y emociones. La banda sonora, cuidadosamente seleccionada, complementa a la perfección la historia y contribuye a crear una atmósfera envolvente. En definitiva, “Alta Fidelidad” es una película que te hace reflexionar sobre tus propias relaciones, tus propias "cinco principales" y sobre la importancia de enfrentar el pasado para poder avanzar hacia el futuro. Es una joya cinematográfica que merece ser vista y revisada.

Nota: 8/10