Àma Gloria (2023)

“Àma Gloria” no es solo una película sobre una relación entre una niña y su niñera; es un retrato sutil y conmovedor de la nostalgia, la conexión humana y el poder de los pequeños momentos. La dirección de Isabelle Vitry es, sin duda, el elemento más destacable de la obra. Vitry evita melodramas baratos y opta por una fotografía natural y poética, que captura la luz y la atmósfera soleada de Cabo Verde. El uso del plano secuencia, particularmente en algunas escenas, es magistral, sumergiendo al espectador en el entorno y permitiendo una inmersión completa en la experiencia de Cléo y Gloria. No se busca la espectacularidad visual, sino una belleza discreta, en la que cada encuadre transmite emoción y detalle.

El guion, escrito por Vitry y Marie-France Coilliot, es deliberadamente lento, incluso pausado. Esta lentitud no es un defecto, sino una elección consciente que refleja la calma y la tranquilidad que Cléo y Gloria buscan en su verano juntas. La trama es simple: Gloria debe regresar a su tierra natal y Cléo, desesperada por su ausencia, intenta aprovechar al máximo cada día. Sin embargo, es en la sutileza de las conversaciones, en las miradas compartidas y en los pequeños gestos donde reside la fuerza del relato. La película no nos da respuestas fáciles ni pretende ofrecer una moraleja definitiva. En lugar de eso, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la relación, el deseo y la aceptación.

Las actuaciones son excepcionales. Zoé Brassard como Cléo, ofrece una interpretación increíblemente natural y auténtica. Logra transmitir la vulnerabilidad, la alegría y la profunda tristeza que siente la niña al enfrentar la partida de su niñera. No se trata de una actuación recitada o artificial, sino de una representación genuina de la experiencia infantil. La interpretación de Maria de Medeiros, como Gloria, es igualmente poderosa. Muestra una Gloria cariñosa y a la vez reservada, quien lucha por equilibrar sus responsabilidades familiares con el deseo de conectar con Cléo. La química entre ambas actrices es palpable y fundamental para el éxito de la película. Existe un diálogo no verbal muy bien construido que complementa la escasa conversación, creando una dinámica muy compleja y hermosa.

“Àma Gloria” no busca agradar. No intenta emocionarnos a través de clichés. Es una película íntima y delicada que requiere paciencia y atención. Su belleza reside en su modestia, en su capacidad para capturar la esencia de una relación especial y en su capacidad para evocar la melancolía del verano que se desvanece. La película destaca por su sensibilidad y su enfoque en la importancia de los vínculos humanos. Es un recordatorio de que a veces, lo más valioso son los momentos compartidos y las pequeñas alegrias de la vida. Es una obra maestra del cine independiente, que perdura en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan rodado.

Nota: 8.5/10