Amando a Highsmith (2022)

“Amando a Highsmith” no es, en ningún caso, una biografía convencional. Es una exploración íntima y, a veces, dolorosa de la compleja personalidad de Patricia Highsmith, la arquitecta de la paranoia moderna y la autora de “Psicosis”. La película, construida sobre documentos personales, cartas y testimonios de la familia y los amantes de Highsmith, se aleja de la cronología lineal, optando por una narrativa fragmentada que se adentra en el laberinto de la mente de la escritora, revelando la profunda influencia del amor – y su ausencia – en la formación de su obra y en su propia identidad.

La dirección de Philip Karam es, en gran medida, magistral. Se permite un ritmo pausado, casi meditativo, que invita a la reflexión. No hay grandes escenas de acción o drama hollywoodense. El enfoque se centra en los pequeños gestos, las miradas, los silencios que revelan las emociones contenidas. Karam no busca glorificar a Highsmith; la retrata como una mujer atormentada, insegura, a menudo conflictiva, una figura solitaria que se refugia en la ficción para escapar de sus propias miserias. La película logra transmitir, con gran sensibilidad, esa sensación de aislamiento y la constante lucha interna de la protagonista.

El reparto es impecable. Natascha McElhone entrega una interpretación hipnótica como Highsmith. Su mirada, llena de tristeza y melancolía, captura la esencia de una mujer atrapada entre la necesidad de amor y el miedo a la intimidad. Peter Sarsgaard, en el papel de el fotógrafo Larry Napoli, añade una capa de complejidad a la narrativa, representando un amor fugaz y, a la vez, fundamental en la vida de Highsmith. Si bien el resto del elenco contribuye con desempeños sólidos, McElhone y Sarsgaard son los pilares sobre los que se sostiene la película.

El guion, adaptado de los escritos personales de Highsmith, es lo más destacado de la película. Se evita la moralización y se permite al espectador cuestionar la naturaleza de la ambigüedad moral que caracteriza a los personajes de Highsmith. La película se adentra en la idea de que el amor, en sus diferentes manifestaciones – el amor romántico, el amor filial, el amor propio – puede ser tanto una fuente de inspiración como de destrucción. La película no ofrece respuestas fáciles; simplemente plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza humana y las motivaciones que impulsan nuestras acciones. La inclusión de la voz en off de Highsmith, interpretada por una actriz desconocida, sirve de puente entre el pasado y el presente, ofreciendo una perspectiva íntima y personal sobre los eventos que se presentan.

Sin embargo, la película no está exenta de algunos problemas. El ritmo pausado, que es una de sus mayores fortalezas, puede resultar tedioso para algunos espectadores. La falta de elementos dramáticos más convencionales puede dejar a aquellos acostumbrados a narraciones más dinámicas con un sentimiento de desconexión. No obstante, “Amando a Highsmith” es una película profundamente conmovedora y reflexiva que merece la pena ver para comprender mejor a una de las escritoras más importantes del siglo XX.

Nota: 7/10