“Amanece como puedas” es una película que, al principio, parece una sencilla comedia de enredos y situaciones absurdas, pero se revela gradualmente como una reflexión inquietante sobre la alienación, la pérdida de la autenticidad y la búsqueda desesperada de sentido en un mundo cada vez más artificial. Dirigida con maestría por Woody Allen, la película se aleja de sus habituales elementos de autocrítica personal para ofrecer un retrato amargo de la modernidad y la fragmentación del ser humano.
La trama, que gira en torno a un grupo de turistas que se encuentran en un pueblo costero durante una fiesta, es en sí misma un mecanismo para explorar los personajes. La ambientación, con la bulliciosa y aparentemente festiva Benifotrem, se convierte en un escenario perfecto para la dislocación. Los protagonistas, cada uno con sus propias miserias y frustraciones, se ven atrapados en una red de engaños y malentendidos. La película se beneficia enormemente de la dirección de Allen, quien sabe crear tensión y suspense en situaciones que a priori podrían parecer cómicas. La utilización de la cámara, con sus planos detallados y sus ángulos inesperados, contribuye a la atmósfera opresiva y claustrofóbica que impregna la película.
Las actuaciones son sólidas y consistentes en todo el reparto. Jesse Eisenberg, en el papel del profesor de antropología, aporta una vulnerabilidad palpable al personaje, un hombre atormentado por su pasado y desilusionado con el mundo. Marion Cotillard, como la misteriosa y enigmática Julia, es particularmente memorable. Su interpretación es sutil pero potente, transmitiendo una profunda melancolía y un deseo de escapar de su propia existencia. La química entre Eisenberg y Cotillard es fundamental para el desarrollo de la historia y la construcción de la tensión romántica, aunque esta no es la fuerza motriz de la narrativa.
Sin embargo, la película no está exenta de defectos. El guion, en ocasiones, se vuelve un tanto receloso, y algunos diálogos pueden sentirse forzados o poco naturales. La película se sobreentiende demasiado, dependiendo excesivamente de la mirada del espectador para comprender las motivaciones de los personajes. Aunque la premisa es interesante, la resolución, para algunos, puede resultar algo abrupta y decepcionante. No obstante, estas pequeñas imperfecciones no empañan la experiencia global, que se beneficia de la dirección impecable y de la capacidad de Allen para crear atmósferas inquietantes.
En definitiva, “Amanece como puedas” es una película que invita a la reflexión. Más allá del humor superficial, es un estudio sobre la soledad, la incomunicación y la dificultad de establecer conexiones genuinas en un mundo moderno que ha perdido su rumbo. Es una obra que persiste en la mente del espectador mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar.
Nota: 7/10