American Dreams in China (2013)

“American Dreams in China” es una película que no se entrega de golpe, sino que te exige paciencia y una cierta predisposición a sumergirte en el relato de tres jóvenes que, en el turbulento contexto de la reforma económica china, se enfrentan a la ambición, la corrupción y la lucha por la supervivencia. La película no es un drama grandilocuente ni un melodrama sentimental; es, en su lugar, un estudio meticuloso de la transición y de las consecuencias de un éxito logrado a costa de la integridad personal. La dirección de Li Wei es notablemente discreta, permitiendo que la historia se desarrolle con naturalidad, evitando un estilo excesivamente estilizado que podría restar credibilidad a los personajes y sus motivaciones.

La película se centra en Jian, Mei y Zhang, tres amigos que, con una visión audaz y alimentada por la experiencia de haber vivido en Occidente, decide aventurarse en el mundo de los negocios. Lo que inicialmente parece un sueño americano, una oportunidad para escapar de la pobreza y construir un futuro mejor, pronto se revela como un camino plagado de dilemas morales. La película no glorifica el éxito empresarial; al contrario, muestra las sombras que se proyectan sobre los logros y las decisiones que se toman. La ambición desenfrenada, un motor central de la narrativa, se presenta no como un ideal noble, sino como una fuerza que puede corromper y destruir relaciones humanas.

Las actuaciones son sólidas y auténticas. Wu Xiaolong, como Jian, transmite la evolución de un joven idealista que se ve progresivamente afectado por la presión de los negocios. La interpretación de Lin Mei, como Mei, es particularmente convincente, mostrando la fortaleza y la vulnerabilidad de una mujer que lucha por mantener su integridad en un entorno cada vez más competitivo. La química entre los tres protagonistas es palpable, lo que hace que las escenas de amistad y conflicto sean especialmente impactantes. Sin embargo, el ritmo, a veces, se siente un poco lento, especialmente en la primera mitad, lo que podría frustrar a algunos espectadores.

El guion, escrito por Zhao Feng, destaca por su realismo y por su capacidad para capturar el espíritu de la época. Se evitan los clichés y se ofrece una visión matizada de la transformación social y económica de China. La película no ofrece soluciones fáciles ni juicios morales simplistas. Se plantea preguntas complejas sobre la ética empresarial, la corrupción, la pérdida de valores y el impacto de la globalización en la identidad cultural. La ambientación visual, aunque no particularmente llamativa, es precisa y contribuye a la creación de una atmósfera realista y evocadora. La banda sonora, integrada de forma sutil, complementa los momentos clave de la trama sin dominarla. La película podría haber beneficiado de una mayor profundidad en el desarrollo de algunos personajes secundarios, pero en general, es un relato valioso y reflexivo sobre la búsqueda del éxito y el precio de la ambición.

Nota: 7/10