American Gangster (2007)

“American Gangster” no es una película fácil de digerir, ni tampoco debería serlo. Ridley Scott, lejos de optar por la estética glamurosa del crimen de Hollywood, nos sumerge en la humedad y la desesperación de Harlem en los años 60, ofreciendo una radiante y brutal disección de un ascenso al poder construido sobre la sombra del narcotráfico. La película no busca glorificar a Frank Lucas, sino retratarlo como un producto de su entorno, un hombre pragmático que, en su búsqueda de supervivencia y riqueza, se convierte en un criminal implacable.

La dirección de Scott es magistral en la construcción de la atmósfera. La película respira el calor sofocante de la ciudad, la tensión palpable en las calles y la desconfianza constante. Las escenas nocturnas, iluminadas con luces parpadeantes y colores apagados, son especialmente impactantes, evocando la oscuridad que rodeaba a los personajes. La banda sonora, compuesta por hip hop y soul, no es un mero adorno; se integra perfectamente en la narrativa, reflejando la cultura y el ritmo de la época. Scott evita caer en clichés y se enfoca en la autenticidad de los detalles, desde la ropa y los coches hasta las conversaciones y las costumbres.

La película se sostiene en gran parte gracias a las actuaciones excepcionales de Dwight Yoho como Frank Lucas y Rasool Berry como Richie Roberts. Yoho ofrece una interpretación hipnótica de Lucas, un hombre taciturno y reservado, pero con una mirada que revela una inteligencia calculadora y una determinación feroz. Berry, por su parte, personifica la honestidad y la integridad en un mundo corrupto. La dinámica entre sus personajes es el corazón de la película; no son héroes ni villanos, sino individuos complejos con sus propias motivaciones y valores. La tensión entre ellos se siente orgánica y creíble. La química entre los dos actores es fundamental para el éxito de la película.

El guion, adaptado de un libro de Nick Flynn, es el punto más fuerte y, a la vez, el que más puede generar debate. La película no simplifica la historia de Lucas, presentando un retrato matizado de un hombre ambicioso que se ve obligado a tomar decisiones difíciles. Aunque algunas licencias dramáticas son inevitables, la película explora temas como la ambición, la lealtad, la corrupción y el precio de la riqueza. No se centra en el drama explosivo del crimen organizado, sino en el proceso gradual de ascenso de Lucas, mostrando cómo utiliza la astucia y la manipulación para consolidar su poder. A pesar de su complejidad, la película consigue mantener un ritmo envolvente y un equilibrio entre la acción, el drama y el thriller. Sin embargo, la película podría haber profundizado más en las relaciones personales de Lucas, especialmente en su matrimonio.

En definitiva, “American Gangster” es un thriller criminal inteligente, bien actuado y visualmente impactante. Una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza del poder, la ambición y la moralidad en un contexto social determinado. No es un espectáculo fácil, pero sí una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 8/10