American Pie: El reencuentro (2012)

“American Pie: El Reencuentro” no es una obra maestra cinematográfica, ni pretende serlo. Es, en esencia, una película que se jacta de ser la secuela de una saga icónica, y en ese sentido, logra reunir a un elenco de personajes memorables y una dosis saludable de humor irreverente. Sin embargo, la película se apoya demasiado en la nostalgia y las bromas que funcionaron en el pasado, a menudo perdiendo la gracia al intentar ser atrevidas. La dirección de Jay Hawarth, generalmente competente, aquí se siente un tanto repetitiva, utilizando ángulos de cámara y recursos visuales que evocan la estética de las entregas anteriores, sin aportar una renovación significativa.

El guion, bajo la pluma de Evan Huntington y Barry Kleinman, es la mayor debilidad de la película. Las situaciones, aunque iniciales, se vuelven predecibles y poco originales. La trama de Jim y Michelle, con su vecina celosa, tiene un potencial cómico que no se explota al máximo, y la película se contenta con recurrir a clichés del género. La escena de la “cita” con Nadia, ese video viral de YouTube, es un intento desesperado de generar revuelo y que, aunque genera risas en algunos momentos, termina resultando descarada y, en última instancia, un poco cansina. La película parece estar constantemente buscando la controversia, a expensas de la sustancia.

Afortunadamente, el elenco logra salvar parte de la experiencia. Jason Biggs, como Jim, mantiene su encanto y su capacidad para transmitir la incomodidad y la vulnerabilidad de su personaje. Mena Suvari, en el papel de Michelle, aporta un toque de sarcasmo y rebeldía que contrasta con la apariencia tradicional de la "chica buena". Thomas Ian Nicholas, como Stifler, continúa siendo el mismo tipo travieso y sinvergüenza que nos ha caracterizado, aunque su personaje se siente un poco caricaturesco en esta entrega. Y, aunque su interpretación a veces puede ser un tanto exagerada, Chris Owen como Oz muestra una genuina astucia y un desprecio por las convenciones sociales que lo hacen interesante.

Sin embargo, es importante señalar que la película no intenta abordar temas profundos o reflexionar sobre la vida adulta. Se limita a presentar una serie de situaciones cómicas, algunas de ellas apropiadas para el público adolescente, y a explorar las dinámicas de amistad y amor con una perspectiva superficial. El desarrollo de los personajes secundarios, como la relación de Finch con Trish, es prácticamente inexistente, relegando estos personajes a meros elementos de apoyo en la trama principal. En definitiva, “American Pie: El Reencuentro” es una película divertida y ligera, pero que no ofrece nada especialmente nuevo o memorable al universo “American Pie”. Es un regreso a las raíces, pero una que, lamentablemente, no alcanza la calidad de los originales.

Nota: 6/10