Amor y sexo (2000)

“Amor y Sexo” (1985), la obra de Alan Parker, es un estudio de personajes sorprendentemente agudo y, a pesar de su apariencia superficial, cautivador. La película se centra en la relación de Kate (interpretada con una chispa y una vulnerabilidad excepcionales por Meryl Streep), una periodista ambiciosa y sensual, y Adam (interpretado con encanto y una incomodidad palpable por Michael Keaton), un artista con un talento innegable pero una propensión a la melancolía y a la autodestrucción. Parker, conocido por su sensibilidad para retratar la complejidad de las relaciones humanas, ofrece aquí un retrato honesto, a veces incómodo, pero siempre conmovedor de una pareja que se encuentra atrapada en una espiral de frustraciones y pequeñas decepciones.

La dirección de Parker es magistral. Él se aleja de la grandilocuencia y la moralización, optando por una observación directa y un estilo visual que oscila entre la intimidad de la cámara y la distancia, creando así un sentido de complicidad con los personajes. La película está salpicada de escenas íntimas, que no son gratuitas, sino que se emplean para revelar las profundidades de sus emociones y la fragilidad de su conexión. La fotografía de Sven Nykvist, ganador del Oscar, es icónica. Su uso de la luz y la sombra, especialmente en las escenas nocturnas, contribuye a la atmósfera melancólica y a la sensación de que la felicidad siempre está a punto de escapar. El trabajo de banda sonora de Ryuichi Sakamoto también es esencial, creando un ambiente de quietud y anhelo que amplifica las emociones de la historia.

Las actuaciones son, sencillamente, sobresalientes. Meryl Streep ofrece una interpretación sutil y ambivalente de Kate, mostrando tanto su deseo de conexión como su desilusión y, a veces, su resentimiento. La complejidad de su personaje reside en su propia incapacidad para conectar plenamente con los demás, lo que la lleva a proyectar sus frustraciones en su relación con Adam. Michael Keaton, por su parte, aporta a Adam una mezcla de humor, vulnerabilidad y auto-compasión que resulta profundamente atractiva. Su personaje, constantemente en busca de algo que le resuene, no es un héroe tradicional, sino un individuo con las dudas y las inseguridades de muchos. La química entre Streep y Keaton es genuina y la vemos crecer a lo largo de la película, transmitiendo la lentitud y la dificultad de forjar una relación duradera.

El guion, adaptado de la novela de Edward Stambaugh, no es especialmente innovador en su planteamiento, pero sí se beneficia de la sensibilidad de Parker y de la maestría de los actores. La película se centra en los pequeños detalles que pueden poner a prueba una relación: las manías de cada uno, los celos, las expectativas no cumplidas. Parker no intenta ofrecer respuestas fáciles ni moralizar sobre el amor, sino que se limita a mostrar cómo las relaciones pueden volverse complejas y dolorosas incluso cuando se basan en una verdadera conexión. La película refleja la realidad de la vida amorosa, donde la pasión inicial puede desvanecerse y la rutina puede convertirse en una fuente de insatisfacción. “Amor y Sexo” es, en definitiva, un retrato realista y provocador de las dificultades de amar y de mantener una relación a largo plazo, una película que invita a la reflexión y que deja una huella duradera.

Nota: 8/10