“Amor Zombie” es una película que, a primera vista, podría parecer un simple cliché de romance paranormal. Sin embargo, tras una más atenta visión, se revela una obra sorprendentemente emotiva y con un toque de originalidad que merece la pena explorar. La película, dirigida por la prometedora Isabel García, no intenta emular las convenciones del género, sino que se atreve a ofrecer una exploración de la relación amorosa ante la adversidad, y la adversidad, en este caso, es la muerte y su consecuencia: la reencuentro con un ser querido de un estado ya irreversible.
La historia se centra en Liam y Beth, una pareja que se ve truncada por un accidente devastador. Beth regresa a la vida, pero ya no es la misma. Su existencia como no-muerta presenta desafíos únicos, no solo para ella, sino para Liam, que debe aprender a navegar por una realidad donde el amor y la pérdida se entrelazan de forma constante. García logra crear una atmósfera melancólica pero no desesperada. El uso de la luz y la sombra, junto con la banda sonora, contribuyen a la sensación de que estamos observando un sueño fragmentado, un recuerdo difuso y a la vez dolorosamente vivo.
Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Gabriel Soto, como Liam, ofrece una interpretación conmovedora y llena de matices. Transmite la angustia de la pérdida, el amor incondicional y la confusión que acompaña a la relación con alguien que ha regresado de la muerte. Y Sofía Mendoza, en el papel de Beth, supera con creces las expectativas. Su actuación es cautivadora y transmite una vulnerabilidad y una fuerza interior que hacen que la audiencia se sienta profundamente conectada con su personaje. Mendoza, en particular, consigue comunicar la fragilidad de un alma que lucha por volver a encajar en un mundo que ya no la reconoce. La química entre ambos actores es palpable y fundamental para el éxito emocional de la película.
El guion, aunque no está exento de momentos previsibles, logra construir una narrativa sólida y creíble. La trama explora temas como el duelo, la memoria, la identidad y el significado de la vida con una sensibilidad notable. Se evita caer en un sentimentalismo barato, ofreciendo un retrato realista de las dificultades de una relación que desafía las convenciones y las leyes de la naturaleza. La película no busca respuestas fáciles, sino que invita a la reflexión sobre lo que realmente importa. Aunque la resolución final podría haber sido más ambigua, añade una capa de complejidad a la historia, dejando al espectador con preguntas más profundas que las que ofrece el inicio. García no se limita a la narrativa lineal, incorporando flashbacks que ilustran el pasado de la pareja, enriqueciendo así la comprensión de su conexión.
Nota: 7.5/10