Amusement: El juego del mal (2008)

“Amusement: El juego del mal” no es una película para quienes buscan entretenimiento ligero y rápido. Es una experiencia cinematográfica inquietante y deliberadamente frustrante, un thriller psicológico que se adentra en los rincones más oscuros de la memoria y la culpa. La película, dirigida por Gareth Edwards, busca, y en gran medida consigue, crear una atmósfera de opresión y paranoia que te envuelve desde el primer minuto y te aferra hasta el final, aunque no siempre de la forma más agradable.

La película gira en torno a la Dra. Claire (Aubrey Plaza), una psiquiatra atormentada, que, tras un traumático suceso, se ve inmersa en el caso de una paciente (a la que Plaza interpreta con una silenciosa intensidad) y tres relatos aparentemente desconectados: la desaparición de un payaso de circo, la misteriosa muerte en un hotel de lujo y el descubrimiento de un convoy abandonado en medio del desierto. Edwards construye deliberadamente estas historias como fragmentos dispares, unidos solo por la sombra de la infancia y el peso de un pasado compartido. La narrativa no es lineal, sino más bien fragmentada y evocadora, utilizando flashbacks y montajes que juegan con el tiempo y la percepción de la realidad. Esta estructura puede resultar confusa para algunos espectadores, pero sirve para reflejar el estado mental fragmentado de la Dra. Claire y la naturaleza inquietante de los misterios que se plantean.

La dirección de Edwards es notablemente visual. La película despliega un uso exquisito del color, predominando tonos oscuros y saturaciones intensas que acentúan la atmósfera opresiva. Los paisajes desérticos, tanto interiores como exteriores, se convierten en personajes secundarios, reflejando la soledad y el aislamiento de los protagonistas. La película se centra en la tensión atmosférica y la sugerencia, evitando explicaciones fáciles y dejando gran parte del misterio sin resolver. La música, cuidadosamente compuesta, complementa la atmósfera de inquietud, utilizando sonidos sutiles y disonantes para crear una sensación de incomodidad constante.

Aubrey Plaza ofrece una actuación soberbia, transmitiendo con su mirada y su lenguaje corporal la angustia y la desesperación de su personaje. Su personaje no habla mucho, pero cada gesto, cada mirada, dice más que mil palabras. La película podría haber sufrido enormemente por la falta de desarrollo de los otros personajes, pero la actuación de Plaza, junto con el resto del elenco, aporta un peso emocional considerable. Sin embargo, debo admitir que algunos de los actores visitantes, especialmente en el papel del payaso, no lograron alcanzar el nivel de actuación requerido para el resto de la película.

A pesar de su fuerza visual y el gran trabajo de Aubrey Plaza, "Amusement" no es una película perfecta. La lentitud deliberada y la falta de respuestas claras pueden resultar frustrantes, y algunos elementos de la trama son deliberadamente ambigüos hasta el punto de la confusión. No obstante, es una película que te hará reflexionar sobre la naturaleza de la memoria, la culpa, y el impacto devastador de los traumas. Es una experiencia cinematográfica que, aunque perturbadora, es indudablemente memorable.

Nota: 7/10