An Hour and a Half (2012)

“An Hour and a Half” no es un espectáculo grandioso ni una epopeya cinematográfica. Es algo mucho más íntimo, perturbador y, en última instancia, conmovedor. La película de Hala Badawi nos ofrece una ventana a la vida de los pasajeros de un tren en Egipto, en las frágiles horas que preceden a un trágico accidente ferroviario. La película no se centra en la espectacularidad del choque, sino en el lento y escalofriante desmoronamiento de la normalidad y la revelación de la humanidad en su estado más vulnerable. Es una obra que se instala en la mente del espectador y no se va.

La dirección de Badawi es exquisita en su austeridad. Evita el melodrama fácil y la explotación del drama. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que el espectador se absorba en las vidas individuales de los personajes. La película se mueve con la lentitud casi dolorosa de un reloj que cuenta sus últimos minutos. La cinematografía, con una paleta de colores cálidos pero sombríos, contribuye a la atmósfera opresiva y la sensación de inminencia. No hay trucos visuales ostentosos; la fuerza de la película reside en su honestidad brutal y su capacidad para generar empatía.

Las actuaciones son impecables. Yosra El Lozy, en el papel de una joven que lucha contra su propio pasado, entrega una interpretación sutil y poderosa. Su personaje, como muchos de los demás, es presentado a través de pequeños detalles, de miradas fugaces y fragmentos de conversación. Somaya El Khashab, Ahmed Al Fishawy y Eyad Nassar también ofrecen interpretaciones sólidas, cada uno aportando una capa más a la complejidad del relato. Lo que destaca de las actuaciones es la ausencia de artificio; cada personaje se siente real, con sus propios deseos, miedos y secretos. La película no busca héroes ni villanos, sino individuos con historias humanas.

El guion, adaptado de la novela homónima de Mohamed Mursi, es el corazón de la película. No se trata de un mero relato de un accidente; es un examen profundo de la condición humana, explorando temas como la familia, el amor, el arrepentimiento y la búsqueda de la redención. Las conversaciones entre los pasajeros revelan las complejidades de sus relaciones y sus dilemas morales. La película se beneficia de la inclusión de pequeños momentos de humor negro y esperanza, que contrastan con la inminente tragedia y aportan matices al universo narrativo. La novela original, y por extensión la película, se apoya en la poesía del lenguaje, en la riqueza de los detalles sensoriales que habitan las vidas de los personajes. La película consigue, con maestría, transmitir la sensación de claustrofobia, no solo física, sino también emocional, que experimentan los pasajeros.

“An Hour and a Half” no es un placer fácil de ver, pero sí es una experiencia cinematográfica memorable. Es una película que te hace reflexionar sobre la fragilidad de la vida, la importancia de las conexiones humanas y el poder de la esperanza, incluso en las situaciones más desesperadas. Una obra que exige paciencia y compromiso, pero que recompensa al espectador con una experiencia profunda y conmovedora.

Nota: 8/10