Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016)

“Animales Fantásticos y dónde encontrarlos” es, en esencia, una apuesta por reencuentro, una invitación nostálgica a aquellos que aman el universo de Harry Potter, pero también una película que, desafortunadamente, nunca realmente logra alcanzar el brillo de sus predecesoras. El filme, ambientado en la vibrante Nueva York de los años 70, presenta a Newt Scamander, interpretado con encanto por Eddie Redmayne, un zoólogo mágico que viaja en busca de criaturas mágicas extraordinarias. La premisa, la llegada de Scamander a la ciudad y su interacción con la comunidad mágica oculta, posee un potencial narrativo considerable, pero el guion, aunque entretenido y lleno de momentos divertidos, se ve sobrecargado de subtramas y elementos que, en última instancia, diluyen la experiencia.

La dirección de David Yates logra crear una atmósfera visualmente atractiva, jugando con colores, atmósferas y la bulliciosa energía de Nueva York. Las secuencias de acción, centradas en la captura y manejo de las criaturas mágicas, son coreografiadas con habilidad y ofrecen algunos momentos realmente impactantes. Sin embargo, la película se concentra demasiado en la logística de la captura de animales, a menudo dejando de lado la construcción de personajes y la profundización en la trama principal. La relación entre Scamander y la joven Leta Reid (Felicity Jones) es uno de los pocos focos de interés emocional, aunque su desarrollo se siente apresurado y carente de una conexión genuina. La química entre Redmayne y Jones no alcanza el nivel esperado, lo que impacta negativamente en la credibilidad de su romance.

El reparto es generalmente competente, con actuaciones sólidas de Jason Isaacs como el siniestro Cornelius Fudge y Ralph Fiennes como el severo Ministro de Magia, aunque ambos están limitados por un guion que no les permite desarrollar plenamente sus personajes. La presencia de actores conocidos como Jude Law y Alison Sudol, aunque bien intencionado, contribuye a la sensación de que la película busca apelar a la familiaridad más que a la innovación. La película se aferra a la nostalgia, revisando elementos de la mitología original, pero sin ofrecer una contribución significativa al mundo de Harry Potter. En lugar de expandirlo, parece tratar de mantenerlo con vida a toda costa.

La película no logra crear una sensación de amenaza real, ni tampoco de un conflicto trascendental. El villano, Quirrell, no es un oponente formidable, y la trama principal, centrada en la búsqueda de un objeto mágico, se resuelve de forma predecible. “Animales Fantásticos y dónde encontrarlos” es, en definitiva, un entretenimiento ligero y visualmente agradable, pero que termina siendo un ejercicio de fan service con menos sustancia de la que esperaba. Aunque ofrece algunas escenas memorables y un festín para los amantes de la magia, la película carece de la originalidad y la fuerza narrativa que distinguían a la saga Harry Potter. Es una visita, más que una aventura completa.

Nota: 6/10