Annette (2021)

“Annette” de Leos Carpio es una experiencia cinematográfica perturbadora y, a la vez, profundamente estimulante. No es una película que te deje alegre al salir del cine, ni siquiera al terminar de procesarla, pero sí que te obliga a reflexionar sobre la naturaleza del amor, la fama, la manipulación y el vacío existencial. Carpio no ofrece un melodrama tradicional, sino un estudio psicológico frío y desapasionado de una pareja aparentemente perfecta que se desmorona bajo la presión de sus propias ambiciones y de un destino orquestado con crueldad.

La dirección de Carpio es magistral en su enfoque minimalista. Evita la grandilocuencia, optando por una estética austera, casi documental, que potencia la sensación de distanciamiento y de observar un experimento social en marcha. La fotografía de Mark Koroglu, en blanco y negro, contribuye a la atmósfera opresiva, reduciendo la imagen a sus elementos esenciales, como los rostros de los personajes y las espadas que simbolizan la brutalidad de sus vidas. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, es omnipresente y melancólica, creando un ambiente de suspense constante y subrayando la alienación de los protagonistas.

El elenco es excepcionalmente sólido. Adam Driver y Sandra Hullabalija ofrecen interpretaciones intensas y sutiles. Driver, como Henry, transmite un cinismo amargo y un creciente desengaño. Su personaje es un observador, un crítico, un hombre que se siente atrapado en un ciclo de manipulación. Hullabalija, en el papel de Ann, despeja la máscara de la celebridad, revelando una vulnerabilidad y una desesperación que chocan con la imagen pública que proyecta. Su interpretación es particularmente conmovedora al mostrar la lucha interna de una mujer que se siente utilizada y, a la vez, obstinada en mantener su estatus.

Sin embargo, es el guion, adaptado de la obra teatral de Harold Pinter, el que realmente destaca. La película no se limita a narrar una historia; explora conceptos. El guion es implacable en su representación de la manipulación psicológica. Las conversaciones, a menudo diálogos sin sentido aparente, revelan la dinámica de poder que subyace en la relación de Henry y Ann. Se centra en la banalidad de la violencia, en el control que ejercen sobre Annette, utilizando la música, el arte y, finalmente, el propio cuerpo de la niña para alcanzar sus fines. La representación de la maternidad se convierte en una herramienta de control, un espectáculo para la aprobación externa.

No es una película fácil de ver. Puede resultar desconcertante, incluso desagradable. Pero “Annette” es una obra que perdura en la mente, provocando reflexiones sobre la naturaleza humana y las consecuencias de las decisiones que tomamos. Es una película que se queda contigo, y no es una que fácilmente se olvida.

Nota: 8/10