Antes que anochezca (2000)

“Antes que anochezca” no es una biopic convencional, ni un biopic de propaganda. Es una profunda y, a veces, dolorosamente honesta indagación sobre la vida y el espíritu de Reinaldo Arenas, un escritor cubano cuya vida fue un constante desafío a la opresión y un acto de resistencia silencioso pero tenaz. La película se adentra en las profundidades de su existencia, desde sus recuerdos de la infancia en un entorno rural, marcado por la pobreza y la lucha en la Revolución, hasta su trágico final en el exilio estadounidense. La película se centra en la narrativa de la libertad, no solo como concepto político, sino como una necesidad visceral que impregnaba cada uno de sus actos, cada palabra, cada decisión.

La dirección de Armando Bo, con una sutileza inquietante, construye una atmósfera que refleja la lucha interna de Arenas. No recurre a grandes gestos dramáticos, sino que elige una fotografía apagada, casi monocromática en muchos momentos, que transmite una sensación palpable de desolación y aislamiento. Las tomas largas, a menudo sin diálogo, permiten al espectador absorber la soledad del personaje, su mirada fija en el horizonte, buscando respuestas en un mundo que parece cerrarle las puertas. La película se beneficia enormemente de un uso inteligente del espacio, mostrando la vastedad del paisaje cubano y la claustrofobia del exilio como metáforas de su destino.

La actuación de Frank Grillo en el papel de Arenas es, sin duda, el corazón de la película. Grillo logra una interpretación magistral, transmitiendo la complejidad del personaje. Captura no solo su intelecto brillante y su pasión por la escritura, sino también su vulnerabilidad, su angustia, su frustración ante la censura y la persecución. La química entre Grillo y su esposa, Zulay Vega, interpretada por Vega, es conmovedora y creíble, dando forma a una relación construida sobre el amor, la admiración y, inevitablemente, la lucha por la supervivencia. La relación no es un cuento de hadas; es una alianza frágil ante la adversidad.

El guion, adaptado de la propia autobiografía de Arenas, es a veces fragmentario y confuso. Se siente una cierta apurada, una necesidad de abarcar demasiados aspectos de su vida en un tiempo limitado. Aunque la película se esfuerza por mostrar su evolución personal y profesional, algunos momentos se perciben como apresurados, sacrificando el desarrollo profundo de ciertas subtramas. Sin embargo, la elección de centrarse en la lucha por la libertad, tanto política como artística, es fundamental para entender la esencia de Arenas. La película no busca justificar sus acciones, sino entenderlas dentro del contexto de su lucha constante por la autonomía.

En definitiva, “Antes que anochezca” es una película conmovedora y reflexiva que invita a la contemplación. No ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas sobre la libertad, la censura, el exilio y el precio de la autenticidad. Es una película que te deja con un sabor agridulce, la sensación de haber conocido a un hombre extraordinario y trágico, un artista incomprendido que se atrevió a desafiar el orden establecido.

Nota: 8/10