Apóyate en mí (2018)

“Apóyate en mí” es un hito del cine independiente, una película que se aferra con tenacidad a su premisa y, sorprendentemente, consigue mantener la tensión y la emoción durante gran parte de su duración. La historia de Charlie, un joven desprendido por su padre y obligado a recorrer el desierto a caballo con un animal robado, evoca la nostalgia de las películas de carretera clásicas, pero con un toque contemporáneo y un enfoque más introspectivo.

La dirección de Robert Kolker es, sin duda, el elemento más destacable. Evita caer en clichés y en la espectacularidad innecesaria que a menudo acompaña a las películas sobre viajes. En su lugar, se centra en la atmósfera, utilizando la vastedad y la aridez del paisaje del suroeste americano para subrayar la soledad y el aislamiento de Charlie. Las tomas panorámicas son impresionantes, sí, pero más que por su belleza visual, por la manera en que enfatizan la insignificancia del protagonista en un entorno abrumador. Hay una calidad visual cruda y naturalista que no se busca empañar la imagen con filtros ni efectos especiales innecesarios. La película se siente auténtica y viva, como un rodaje espontáneo.

La actuación de Jake McDorman como Charlie es fundamental para el éxito de la película. McDorman no se limita a interpretar un chico desamparado; transmite la fragilidad, la determinación y la creciente desesperación de un joven que lucha por aferrarse a la esperanza. Su mirada, a menudo vacía y melancólica, es el corazón de la película. La química entre él y el caballo, un corcel de carreras llamado “Río”, es palpablemente genuina y añade una capa emocional a la narrativa. No obstante, la actuación de Leo Duffy, interpretado por Nick Blake, es más ambigua. Si bien su personaje sirve como un punto de contención para Charlie, su motivación y sus motivos son algo confusos, lo que resulta en una actuación menos convincente.

El guion, aunque a veces lento, funciona gracias a su honestidad brutal. Se evita la simplificación excesiva y se permite que la historia desarrolle de manera orgánica, con un ritmo pausado que otorga importancia a los momentos de silencio y a la contemplación. La narrativa explora temas como el abandono, la identidad, la búsqueda de un hogar y la importancia de las relaciones humanas, pero lo hace de una manera sutil y reflexiva. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que se queda con las preguntas y las incertidumbres que acompañan a la vida, que son, en cierto modo, la esencia de la experiencia humana. El diálogo, aunque escaso, es impactante en su sencillez y en su capacidad para revelar la psicología de los personajes.

En definitiva, “Apóyate en mí” es una película que requiere paciencia y una cierta apertura al ritmo lento, pero que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica intensa y memorable. No es un espectáculo visual, sino un retrato honesto y conmovedor de un joven perdido en busca de un lugar al que pertenecer. Es una película que te acompañará mucho después de que los créditos hayan rodado.

Nota: 7.5/10