Aprendiz de caballero (2007)

“Aprendiz de caballero” (Knight’s Apprentice) es una película que, a primera vista, podría parecer una mera recreación de la atmósfera y las historias de “El Decamerón” de Boccaccio. Sin embargo, la película de Peter Rowe ofrece una experiencia visualmente rica, aunque emocionalmente un tanto desconectada, que logra evocar la Italia del siglo XIV de una forma convincente, si bien no sin cierta distancia. La película no busca imitar fielmente la obra original, sino más bien extraer la esencia de la narración oral, ese intercambio de relatos y anhelos que define el espíritu del Decamerón. El resultado es una pieza cinematográfica que, a pesar de sus limitaciones, posee un encanto particular.

La dirección de Peter Rowe se distingue por una apuesta por la belleza y la estética. Las escenas están filmadas con una atención meticulosa al detalle, creando un mundo visualmente deslumbrante. Florencia, con sus palacios, sus calles empedradas y sus jardines exuberantes, se convierte en el personaje principal, y se observa un uso audaz de la luz y la sombra que intensifica la atmósfera de misterio y sensualidad. Rowe consigue transmitir la sensación de estar participando en una de esas historias que se cuentan alrededor de un fuego, con un ritmo pausado que favorece la contemplación y el disfrute de la belleza del paisaje.

Las actuaciones son sólidas, con particular mérito para Christian Christensen como Lorenzo de Lamberti. Christensen ofrece una interpretación convincente, logrando transmitir la ambigüedad y la vulnerabilidad de su personaje. Su Lorenzo es un joven atormentado por su pasado y cautivado por el misterio de la joven desconocida, un personaje interpretado con sutil gracia por Rebecca Barton. También destaca la presencia de Vincent Roth como Gerbino de la Ratta, un villano cuya amenaza se manifiesta en su mirada fría y su implacable ambición. La química entre Christensen y Roth es palpable, dotando a la historia de un componente de tensión y peligro inherente.

El guion, aunque se basa en la narración del Decamerón, se aleja considerablemente de la fidelidad literaria, tomando libertades significativas con la trama y los personajes. Si bien esto permite a la película contar su propia historia, también le resta profundidad a algunos de los relatos originales. El enfoque en el misterio de los labios de la mujer desconocida, y en las intrigas palaciegas, eclipsa en cierta medida la exploración de los temas más profundos que caracterizan la obra de Boccaccio, como la naturaleza del amor, la muerte y la condición humana. Se podría argumentar que el guion prioriza la espectacularidad visual sobre la sustancia narrativa.

En definitiva, “Aprendiz de caballero” es una película visualmente atractiva, con una buena banda sonora y una atmósfera cautivadora. No obstante, le falta la audacia y la complejidad de los relatos originales. Es un entretenimiento agradable, pero no una obra maestra cinematográfica. Es una recreación artística que intenta capturar la esencia de la tradición oral, pero que, en el proceso, diluye parte de su impacto original.

Nota: 6/10