Aria the Benedizione (2021)

“Aria the Benedizione” se presenta como una propuesta visualmente deslumbrante, un cuento de hadas cyberpunk con un toque de melancolía que, sin embargo, no logra alcanzar la plenitud que su premisa sugiere. La película, dirigida por Reiji Shimizu, inyecta una estética preciosa en cada fotograma, recreando una Neo-Venezia inundada de niebla y luz artificial, un escenario donde la tradición y la modernidad chocan con elegancia. La cinematografía de Takumi Kurosawa es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la cinta, jugando con la iluminación y el color para crear atmósferas únicas y envolventes. El diseño de producción es meticuloso, infundiendo un realismo creíble a la iconografía de las góndolas venecianas, pero siempre filtrándola a través de un prisma futurista. Este ambiente visualmente rico sirve como un telón de fondo perfecto para la historia que se desarrolla.

El guion, a pesar de su premisa interesante y el rico trasfondo cultural, carece de profundidad en ciertos aspectos. La trama se mueve a un ritmo deliberadamente pausado, lo cual permite la apreciación de los detalles visuales, pero también puede resultar tedioso para algunos espectadores. La exploración de las motivaciones de Aika, la heredera de la góndola, se siente algo superficial. Aunque se insinúan conflictos internos y una disconformidad con la tradición familiar, no se profundiza lo suficiente en sus razones, resultando en un personaje con el que es difícil conectar emocionalmente. La introducción de Asuka, la Undine legendaria, ofrece un atisbo de conflicto y misterio, pero su rol se limita a ser una figura mentor, sin una interacción significativa con los protagonistas. El resto del elenco de personajes, salvo Azusa, parece redituirse meramente como vehículos para la construcción del mundo, sin desarrollar una personalidad propia.

Las actuaciones son generalmente sólidas, aunque con algunos matices. Haruka Ozawa como Ai es convincente, transmitiendo la inocencia y la curiosidad de una joven que se adentra en un mundo desconocido. Kazuki Kusami, interpretando a Azusa, aporta un toque de carisma y sensibilidad al personaje, actuando como el corazón emocional de la película. Sin embargo, la interpretación de Kenta Yamazaki como Akira resulta algo carente de complejidad. Si bien su comportamiento errático sirve para generar misterio, no se logra captar la verdadera naturaleza de sus acciones, lo que disminuye el impacto emocional de su personaje. Es una actuación que se centra más en la puesta en escena que en la profundidad emocional.

En definitiva, “Aria the Benedizione” es una película que, si bien destaca por su estética y su ambientación, no logra consolidarse como una obra cinematográfica realmente memorable. Su ritmo pausado, la falta de desarrollo de ciertos personajes y la superficialidad de algunas tramas limitan su potencial. Es un espectáculo visualmente atractivo que, sin embargo, carece de la sustancia necesaria para generar una conexión duradera con el espectador. Se vislumbra un mundo fascinante, pero la película no llega a explotar completamente su riqueza.

Nota: 6/10