Asesinato... 1-2-3 (2002)

“Asesinato... 1-2-3” es una propuesta intrigante, si bien no totalmente lograda, que se atreve a explorar la dinámica de una amistad adolescente cargada de frialdad y ambición. La premisa, la de dos jóvenes privilegiados que, guiados por una lógica retorcida, planean y ejecutan un asesinato como un experimento mental, es, de entrada, provocadora y plantea una serie de preguntas sobre la naturaleza de la inteligencia y la moral. Sin embargo, la película lucha por equilibrar este elemento conceptual con la necesidad de una narrativa envolvente, y a veces, se pierde en su propia complejidad.

La dirección de Gregory Smith es notablemente estilizada, empleando una paleta de colores sobria y un enfoque visual que recuerda a thrillers de los años 70, aunque con un toque moderno y deliberadamente incómodo. Se observan planos largos y lentos, que intensifican la atmósfera de tensión y misterio, pero también pueden resultar pausados para el espectador. La banda sonora, minimalista y perturbadora, complementa la estética visual, contribuyendo a la sensación general de inquietud. A veces, esta estética se vuelve excesiva, ralentizando el ritmo y restando dinamismo a la trama.

Ryan Gosling y Michael Pitt ofrecen actuaciones sólidas, aunque sus personajes son, en esencia, arquetipos bien definidos. Gosling, interpretando a Richard, transmite un aire de frialdad calculada, mientras que Pitt, como Justin, encarna la timidez y la vulnerabilidad que se esconden bajo una fachada de quietud. La relación entre ambos es el núcleo emocional de la película, y la química entre los actores es palpable, aunque a menudo eclipsada por la trama. Sandra Bullock, en un papel que va más allá de la actuación, aporta credibilidad y presencia a la investigación policial, aunque su personaje no desarrolla el máximo potencial narrativo.

El guion, escrito por Mark Siciliano, es el aspecto más problemático de la película. Aunque la idea central es original y su trama te mantiene en vilo, la ejecución carece de la fluidez y el ritmo necesarios para mantener el interés del espectador durante toda la duración. El diálogo es a menudo torpe y la explicación de las motivaciones de los personajes es, en ocasiones, insuficiente. La película se basa mucho en la atmósfera y la sugerencia, pero a veces, la falta de claridad narrativa puede frustrar al público. Es probable que el guion intente emular el estilo de cine negro clásico, pero sin la maestría y la sutileza que lo caracterizan. La exploración de la inteligencia artificial y la capacidad de análisis de los personajes es interesante, pero no se integra plenamente en la historia principal.

En definitiva, “Asesinato... 1-2-3” es una película con un gran potencial que, lamentablemente, no logra alcanzar su plena realización. Es un ejercicio estilístico interesante, con actuaciones competentes y una premisa original, pero sufre de un guion poco pulido y un ritmo desigual. La sensación es la de un proyecto ambicioso con margen de mejora.

Nota: 6/10