Asesino Kung Fu (2014)

“Asesino Kung Fu” es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida en la densa oferta de acción asiática, pero que en realidad se erige como un ejercicio de estilo y una curiosa reflexión sobre la obsesión y el sacrificio. Dirigida por Ringo Wu, la película no se preocupa por replicar fórmulas probadas; en cambio, abraza un tono noir estilizado, una estética visual que evoca a las películas clásicas de Hong Kong de los ochenta, pero con un toque moderno y, a veces, inquietante. La fotografía de Canto Chan es una joya: los colores saturados, las sombras profundas y los encuadres cuidadosamente elaborados crean una atmósfera densa y amenazante, casi como si la película fuera un cuadro. Wu utiliza la iluminación de manera magistral para resaltar la brutalidad de las peleas y la melancolía de la historia.

La trama, al principio, parece sencilla: un asesino que elimina a los maestros de artes marciales y un exconvicto que se ofrece a ayudar a la policía. Sin embargo, el guion, escrito por el propio Wu, profundiza en la psicología de los personajes. Xia, el protagonista, interpretado con una intensidad palpable por Andy Lau, no es un simple vengador. Es un hombre consumido por la culpa y la pérdida, que busca redimirse a través de la lucha. La película no se limita a mostrar peleas espectaculares, aunque estas son de gran factura, por parte de los coreógrafos de acción. Se toman el tiempo de explorar las motivaciones de Xia, su pasado trágico y su compleja relación con la mujer que ama, Mei (Sally Yeh). La tensión narrativa se mantiene constante, no solo a través de la amenaza inminente del asesino, sino también por la incertidumbre sobre el futuro de Xia y Mei.

Las actuaciones son excepcionales. Andy Lau, un veterano del cine asiático, ofrece una interpretación sutil pero poderosa de Xia, transmitiendo la frustración, el dolor y la determinación del personaje. Sally Yeh, como Mei, aporta una vulnerabilidad y una fuerza interior que contrastan con la dureza del mundo en el que se mueven. El antagonista, interpretado por Nicholas Tse, es un villano carismático y frío, cuya motivación, aunque ligeramente cliché, se presenta con un cierto magnetismo. La película no escatima en escenas de acción coreografiadas con gran maestría, que no se limitan a ser trucos visuales, sino que se integran perfectamente en la narrativa y sirven para profundizar en las habilidades de los personajes.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El ritmo, en ocasiones, puede resultar algo lento, y algunos diálogos, aunque bien escritos, podrían haber sido más concisos. Además, la trama, si bien interesante, podría haber tenido un desarrollo más ambicioso. No obstante, estos pequeños defectos no empañan la experiencia general. "Asesino Kung Fu" es unánimamente un homenaje a las películas de artes marciales clásicas, a la vez que ofrece una visión fresca y original. Es una película que se queda en la memoria, no solo por sus impresionantes secuencias de lucha, sino por su atmósfera única y sus personajes complejos.

Nota: 7.8/10