Assassin Club (2023)

“Assassin Club” no es, en absoluto, la joya de la corona del thriller de acción moderno, pero ofrece un entretenimiento sólido y una premisa intrigante que, a pesar de sus fallos, logra mantener al espectador enganchado. La película se basa en una idea bastante original: un grupo de asesinos a sueldo, cada uno con sus propias habilidades y motivaciones, son contratados por un misterioso cliente para eliminar a otros de su número, con una jugosa recompensa en juego. La historia, en su núcleo, es un juego de gato y ratón con un toque de drama y suspense, y el director, David Moreau, logra crear una atmósfera tensa y claustrofóbica que resulta efectiva en algunas de sus escenas. Sin embargo, la película, a menudo, se pierde en la mecánica de la trama, priorizando la acción a menudo descuidando la profundidad de los personajes.

La dirección es competente, utilizando planos dinámicos y tomas vertiginosas para intensificar la sensación de peligro y persecución. El uso del sonido, especialmente el silencio repentino que precede a las explosiones o los tiroteos, es particularmente impactante y contribuye significativamente a la experiencia cinematográfica. No obstante, la ejecución de algunas escenas de acción, aunque visualmente atractivas, a veces se siente un tanto predecible, cayendo en clichés del género. La película no se atreve a romper con las convenciones del thriller de acción, y eso, en última instancia, limita su impacto.

Las actuaciones son decentes, aunque no sobresalientes. Rory McCann, en el papel de Morgan, ofrece un rostro curtido y una presencia imponente que evocan al personaje de un antiguo luchador, pero su interpretación es algo plana, carente de matices. Maya Courtier, interpretando a la asesina Falk, logra aportar una fisura de vulnerabilidad al personaje, que contrasta con su profesión, y ofrece una de las pocas actuaciones que realmente enganchan. La química entre McCann y Courtier es, en cierto modo, el corazón de la película, y su colaboración en la resolución del misterio principal es, en su mayoría, convincente.

El guion, sin embargo, es donde la película sufre más. El desarrollo de los personajes es superficial y los motivos de la contratación por parte del cliente son vagos y poco convincentes. Se presentan múltiples pistas y giros argumentales, pero muchos de ellos se explican de forma apresurada, dejando preguntas sin responder y generando una sensación de inconclusividad. La trama principal, aunque interesante al principio, se complica demasiado a medida que avanza, y el ritmo se ralentiza en algunos momentos, perdiendo así el dinamismo inicial. El clímax, aunque explosivo, no logra compensar las debilidades anteriores. La falta de exploración de las motivaciones y el pasado de los personajes resulta en una experiencia poco satisfactoria para el espectador que busca algo más profundo.

En resumen, “Assassin Club” es una película de acción entretenida, pero superficial. Ofrece momentos de tensión y algunos giros interesantes, pero carece de la complejidad narrativa y el desarrollo de personajes que la elevarían por encima de un simple entretenimiento de acción.

Nota: 6/10