Astérix en América (1994)

“Astérix en América” es una película que, si bien es un regreso gratificante a los principios de la saga, resulta ligeramente decepcionante en su ejecución. La película busca capitalizar el éxito de las entregas anteriores, sumergiendo al héroe gallo y a su fiel compañero en un paisaje americano exótico y, sin duda, divertido. Sin embargo, el guion, a pesar de sus momentos de ingenio, carece de la chispa y la complejidad que caracterizaban las obras anteriores de René Goscinny y Albert Uderzo.

La premisa, la invasión romana de la América de principios del siglo XIX, es inherentemente atractiva. La idea de que los romanos, acostumbrados a la tierra plana, se topen con la curvatura del planeta y se enfrenten a las particularidades del paisaje americano, abre la puerta a situaciones cómicas y visualmente atractivas. El guion, con diálogos punzantes y situaciones absurdas, ofrece algunos momentos brillantes. Sin embargo, la película se apoya demasiado en el recurso de la slapstick y en la exageración, lo que reduce la profundidad de sus personajes y la importancia de sus conflictos.

La dirección de Frank Thomas y Pascal Laugard es competente, pero sin aportar un sello distintivo. El ritmo es desigual, con algunos tramos de acción trepidantes y otros que se prolongan innecesariamente. La ambientación es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Los escenarios americanos, desde los desiertos del suroeste hasta las playas tropicales, están meticulosamente diseñados y evocan la época con un gran cuidado en los detalles. La banda sonora, en cambio, no logra el mismo impacto; las canciones son más pegadizas que memorables.

Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Germain Richard (Panorámix). Su torpeza y su inocencia encarnan perfectamente la esencia del personaje. Stanislas Ptlau (Obélix) vuelve a ofrecer una interpretación hilarante, exagerando sus gestos y sus expresiones de incredulidad. Tim Roth, en su papel de un general romano excesivamente confiado, aporta una dosis de carisma malicioso. No obstante, la caracterización de los personajes secundarios no llega a alcanzar la misma calidad.

Lo que más me decepcionó de la película fue su falta de audacia creativa. “Astérix en América” es una película entretenida, pero no es una obra maestra. Se siente como una adaptación segura y comercial de un cómic clásico, sin el riesgo o la sorpresa que hacían tan especiales las primeras entregas. Aunque logra ser un buen entretenimiento familiar, no alcanza el nivel de humor inteligente y la visión artística que se esperaba de la saga.

Nota: 6/10