Astérix y la residencia de los dioses (2014)

“Astérix y la Residencia de los Dioses” es una apuesta ambiciosa para la franquicia, que intenta elevar la narrativa más allá de las tradicionales persecuciones y bromas con romanos. La película, dirigida por Dominik Duchêne, se aleja un poco de la fórmula que ha funcionado tan bien durante décadas, tomando un enfoque más narrativo y, en cierto modo, reflexivo sobre la cultura y la colonización. La idea de César, frustrado por la resistencia galo-bárbara, intentando conquistar la Galia a través del lujo y la “seducción” es inteligente y genera un conflicto interesante que supera la simple comedia slapstick.

La película se beneficia de un presupuesto considerable, lo que se traduce en una espectacularidad visual encomiable. Los escenarios son vibrantes y detallados, recreando con precisión la Galia de la época. La construcción de la Residencia de los Dioses es visualmente impresionante, y el diseño de los vestuarios y la escenografía contribuyen a crear un mundo creíble. Sin embargo, esta abundancia visual a veces puede resultar algo recargada, un poco saturada, eclipsando, en ocasiones, la historia central. El uso de efectos especiales, aunque avanzados, no siempre se integra de forma orgánica en la trama, con algunos momentos que son demasiado artificiosos y desentonan con el tono general.

Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Germain Veyrat como Astérix y Stanislas Pison comme Obélix. Ambos actores mantienen la esencia de los personajes, ofreciendo momentos cómicos muy efectivos y un buen equilibrio entre humor y acción. La introducción de nuevos personajes, como la joven Ascanio, hija de César, aporta dinamismo al relato y ofrece una perspectiva interesante sobre el conflicto. Sin embargo, la caracterización de los romanos, especialmente César, resulta algo simplificada. Aunque hay algún indicio de ambivalencia en su personaje, en última instancia, se le presenta como un villano caricaturesco y unidimensional, lo cual resta profundidad a la narrativa.

El guion, aunque bien intencionado, presenta algunas inconsistencias. El ritmo es irregular, con momentos de gran tensión seguidos de escenas cómicas que parecen tomadas de otra película. Se intenta profundizar en la relación entre los galos y los romanos, explorando temas como la desigualdad social, la pérdida de la identidad y la tentación del poder, pero estas reflexiones se integran de forma superficial. A pesar de ello, la película consigue mantener el componente humorístico y la esencia de la comedia de aventuras que caracteriza a la saga. La trama central, centrada en la resistencia de la aldea y la sabotaje de la Residencia de los Dioses, es original y mantiene al espectador enganchado hasta el final. La película, en definitiva, es un digno, aunque imperfecto, añadido a la colección, que ofrece una nueva perspectiva sobre los personajes y el mundo de Astérix y Obélix.

Nota: 7/10