Astérix y Obélix: El reino medio (2023)

‘Astérix y Obélix: El reino medio’ es un ejercicio de nostalgia con un sabor agridulce. La película, dirigida por Pierre Tjugen y Patrick Coogan, se sitúa en un contexto histórico que, aunque prometedor – el año 50 A.C. y la invasión china a la Galia – no logra alcanzar el esplendor narrativo que podría haberle dado. La premisa, la búsqueda de la Princesa Fo Yong, hija de la Emperatriz de China, por parte de Astérix y Obélix para salvar a su madre y, por extensión, a su país, presenta un lienzo interesante para una aventura épica, pero la ejecución carece de un pulido que le resta fuerza a la historia.

El guion, escrito por la propia equipo de guionistas, se adhiere a la estructura de las películas anteriores, manteniendo el tono ligero y humorístico característico de la saga. Sin embargo, la trama se siente un tanto desordenada y predecible. La introducción de la amenaza china y la necesidad de la intervención de César, aunque sirve como catalizador, se siente forzada y poco desarrollada. Los diálogos, en su mayoría, son ingeniosos y divertidos, pero también, en ocasiones, simplistas, sacrificando la complejidad que se podría haber buscado en un contexto tan ambicioso. La historia recurre demasiado a gags visuales y situaciones cómicas burdas, lo que reduce el impacto emocional de los momentos más importantes.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Germain Richardet y Vincent Cassel, como Astérix y Obélix, mantienen la química y la esencia que han definido a estos personajes desde el principio. Richardet aporta un Astérix más reflexivo y, a veces, incluso más sabio que en las entregas anteriores. Cassel, por su parte, ofrece una Obélix más introspectiva y con un humor más sutil. Pero el reparto secundario, con actores como Julie Delpy, Eva Green y Pio Marache, no alcanza el mismo nivel de profundidad, quedando relegados a personajes más planos y unidimensionales. La interpretación de Eva Green como la Emperatriz de China es notable, dotando a su personaje de una determinación y dignidad que contrastan con la frialdad de la corte de César. La complejidad emocional que la película le podría haber dado se ve atenuada por la puesta en escena.

Visualmente, la película es un festín para los ojos. La recreación de la China y el Reino Medio es impresionante, con paisajes espectaculares y detallados, que transportan al espectador a un mundo de aventuras. La acción es dinámica y bien coreografiada, aunque a veces se apoya demasiado en efectos especiales llamativos que eclipsan el desarrollo de la trama. La dirección artística y el diseño de producción son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, reflejando una gran inversión en la atmósfera y el diseño de los escenarios.

En definitiva, ‘Astérix y Obélix: El reino medio’ es un entretenimiento agradable, especialmente para los fans de la saga, pero que no llega a alcanzar su máximo potencial. Aunque ofrece momentos de humor y visualmente es atractiva, su guion simplista y su falta de profundidad emocional la convierten en una aventura menos memorable que las anteriores. Una película decente, pero que resta valor al legado de los dos inseparables galos.

Nota: 6/10