Astérix y Obélix: Misión Cleopatra (2002)

‘Astérix y Obélix: Misión Cleopatra’ es un regreso audaz a las raíces de la saga, alejándose considerablemente de las entregas más recientes y ofreciendo una aventura que, a pesar de sus defectos, recompensa al espectador con un espíritu de diversión y un homenaje a la mitología romana. La película, dirigida por Claude Ohman, se distancia de la fórmula de acción desenfrenada que había marcado las entregas anteriores, apostando por una narrativa más centrada en el humor, la estrategia y, sobre todo, en el desarrollo de los personajes.

La película, situada en el Egipto de Cleopatra, ofrece una ambientación visualmente impactante. Las arenas del desierto, la opulencia de la corte egipcia y la grandiosidad de la construcción espacial son representadas con un detalle que permite sumergirse en la historia. La dirección artística es excelente y la banda sonora, con composiciones originales que evocan la épica romana, contribuye significativamente a la atmósfera. No obstante, la velocidad con la que se construye el castillo espacial, aunque necesaria para el ritmo de la trama, carece de la ingeniería visual que podría haberle dado mayor solidez. Es una solución pragmática que, irónicamente, resulta un poco plana en su ejecución.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Germain Vigier como Astérix y Edouard Philipponnat como Obélix mantienen la esencia de sus personajes, mostrando una mezcla perfecta entre torpeza, sabiduría y lealtad. Sin embargo, la película le da un papel más protagónico a Victor Levin como el arrogante y prepotente Julio César, otorgándole una caracterización más matizada y un conflicto interno más creíble que en las entregas anteriores. La interpretación de el actor francés aporta una dimensión humana al personaje del emperador, lo que lo hace menos un villano caricaturesco y más un hombre con sus propios miedos y ambiciones.

El guion es donde la película oscila. Si bien el humor persistente y las situaciones absurdas son elementos centrales de la saga, 'Misión Cleopatra' se beneficia de una trama más elaborada y de un desarrollo de personajes más profundo. El desafío planteado por Cleopatra, la apuesta con César y la necesidad de Numerobis de contar con la ayuda de Astérix y Obélix, crean una base sólida para una historia convincente. Sin embargo, el guion introduce algunos clichés y diálogos que, en ocasiones, resultan un poco forzados. El ritmo, aunque espeso en algunos momentos, favorece la construcción de la relación entre los protagonistas y explora temas como la ambición, la diplomacia y la importancia de la amistad. La inclusión de la figura de Cleopatra como un personaje complejo y ambicioso aporta una nueva dimensión a la mitología romana.

A pesar de sus errores, ‘Astérix y Obélix: Misión Cleopatra’ es una película entretenida y conmovedora. Ofrece una nueva perspectiva sobre la saga, mostrando un universo más rico y complejo, y reafirmando el legado de dos de los personajes más queridos del cine fantástico. Es un espectáculo visualmente atractivo y, sobre todo, un tributo a la amistad y al espíritu de superación.

Nota: 7/10