Ataque Fuerza Z (1982)

“Ataque Fuerza Z” (Attack Force Z) no es una película que busque redefinir el género de la guerra contra el Pacífico. Más bien, se presenta como un homenaje nostálgico a la estética y la intensidad de los clásicos de la Segunda Guerra Mundial, particularmente aquellos producidos por la rama bélica de la RKO Pictures. La película se beneficia enormemente de su ambientación; la fotografía, a pesar de no ser especialmente innovadora, captura a la perfección la humedad, la bruma y el caos del entorno tropical, transportando al espectador a las playas arenosas y los jungla implacables de las islas del Pacífico.

La dirección de Peter Masterson es competente, si bien no se destaca por originalidad. La película mantiene un ritmo constante, centrándose en la tensión y el peligro inminente de cada acción. Se evita el melodrama barato y se enfoca en la brutalidad realista de la guerra, mostrando los efectos del clima, las heridas y la desmoralización de los soldados. Aunque la historia no es compleja, Masterson logra mantener el interés del espectador gracias a la atmósfera opresiva y las secuencias de combate coreografiadas de forma efectiva. Se aprecia un cuidado en la recreación de los vehículos y el armamento, elementos que contribuyen a la sensación de autenticidad.

El reparto está compuesto por actores que cumplen su cometido sin deslumbrar. Timothy O’Kelly como el sargento Miller, el líder del Fuerza Z, ofrece una interpretación sólida, transmitiendo la dureza y el pragmatismo de un veterano curtido en mil batallas. Sus secundarios, incluyendo a Michael De Luca y John Baldwin, interpretan a compañeros soldados con un comportamiento creíble, reflejando el compañerismo y la camaradería que eran tan esenciales en las trincheras. No obstante, la película no ofrece oportunidades significativas para que los actores muestren su rango o profundizar en la psicología de sus personajes. Se limita a presentarlos como parte de un equipo cuya única misión es sobrevivir.

El guion, escrito por Robert Gilliat y Peter Masterson, es quizás el punto más débil de la película. Si bien la trama es sencilla y funcional, carece de profundidad y complejidad. El conflicto central – la búsqueda del tranfuga japonés – se resuelve de forma rápida y poco elaborada. La película no explora las motivaciones del personaje traidor ni los dilemas morales que esto podría generar. Se centra casi exclusivamente en la acción, dejando a un lado los elementos que podrían haber enriquecido la narrativa, como las reflexiones sobre la guerra, la pérdida, o la condición humana. Si bien el elemento del espionaje añade un pequeño interés, la ejecución resulta algo superficial.

En definitiva, "Ataque Fuerza Z" es un entretenimiento decente para los aficionados al cine de guerra. No pretende ser una obra maestra, pero logra transportar al espectador a un período histórico importante con un enfoque en la tensión y el peligro. La película es un producto de su tiempo, que recuerda a las producciones de la época y que, sin embargo, logra evocar una sensación de autenticidad y peligro realistas. Aunque carente de originalidad, es un ejemplo de cómo un buen trabajo en la dirección y la ambientación pueden compensar las deficiencias del guion.

Nota: 6/10