ATM (2012)

“ATM” es, en su esencia, una propuesta audaz y, francamente, inquietante. La premisa inicial – tres individuos trabajando en un cajero automático nocturno se ven atacados por un asesino en serie – suena, en principio, a una parodia grotesca del thriller de supervivencia. Sin embargo, la película de Simon Abrahams, y sorprendentemente dirigida por el propio Abrahams (que también escribe el guion), logra transitar con éxito entre el humor negro y el terror genuino, ofreciendo una experiencia cinematográfica que se aferra a la mente del espectador mucho después de que las luces se enciendan.

La dirección es, sin duda, el punto fuerte de la película. El uso del encuadre es magistral, creando una sensación constante de claustrofobia y vulnerabilidad. Abrahams explota al máximo la limitación del espacio del cajero automático, transformándolo en un escenario de tensión máxima. El ritmo es implacable, alternando momentos de calma tensa con explosiones de violencia brutal, pero siempre con un propósito narrativo. No se dedica a la sangre por sí sola; cada acto violento está justificado y sirve para intensificar el horror psicológico. El uso de la luz y la sombra, la limitación del campo visual, todo contribuye a la atmósfera opresiva que envuelve a los protagonistas.

El reparto, encabezado por Michael Cera, John Leguizamo y Clark Duke, ofrece interpretaciones sólidas, aunque no necesariamente memorables. Cera, en particular, asume el papel del personaje central con una naturalidad que le permite conectar con la audiencia. Aunque las actuaciones no alcanzan la estratosfera, cumplen su cometido, transmitiendo la desesperación y el miedo de sus personajes. Leguizamo aporta un toque cómico que, aunque a veces se siente forzado, funciona sorprendentemente bien en el contexto general. Duke, por otro lado, ofrece una representación de la confusión y el terror, siendo el más convincente de los tres.

El guion, además de la premisa, destaca por su inteligencia y su habilidad para construir la tensión. La película no se pierde en clichés del género, sino que se adentra en la psique de un asesino complejo y perturbador. El motivador del personaje es ambiguo, lo que le otorga una profundidad inquietante. La película explora temas como la soledad, el aislamiento y la fragilidad de la condición humana. Aunque el desarrollo del personaje del asesino podría ser más profundo, la película logra crear un contraste efectivo entre su perturbación mental y la normalidad de los protagonistas, intensificando la sensación de amenaza inminente. La narrativa se construye con pequeños detalles, creando una sensación de inquietud constante y de que algo terrible está a punto de suceder. Un elemento que merece especial mención es la manera en que la película juega con nuestras expectativas, sorprendiendo al espectador con giros inesperados.

En definitiva, "ATM" es una experiencia cinematográfica singular, que supera las expectativas iniciales gracias a su dirección inteligente, su guion intrigante y su atmósfera opresiva. No es un thriller convencional, sino una exploración perturbadora de la condición humana en su forma más vulnerable. Es una película que se queda en la memoria con fuerza, dejando una sensación duradera de incomodidad y de que las decisiones que tomamos pueden tener consecuencias impredecibles.

Nota: 7/10