Atrapado en un pirado (2008)

“Atrapado en un pirado” (Adrift in a Dream, en su título original) es una experiencia cinematográfica singular y, a veces, profundamente desconcertante. El director Mark Roberts entrega una película que, lejos de buscar la espectacularidad o la trama convencional, se centra en la exploración de la alienación, la identidad y la búsqueda de significado en un mundo que nos bombardea con estímulos y expectativas. La película no se preocupa por ofrecer un entretenimiento fácil; es una suerte de inmersión en la mente de Dave, un hombre - o, más precisamente, una nave - que se siente irremediablemente fuera de lugar.

La dirección de Roberts es meticulosa y, a menudo, inquietante. La película se construye sobre una atmósfera palpable de incomodidad y aislamiento. Los planos son largos, lentos, y nos obligan a observar a Dave en su entorno, a registrar sus gestos, sus miradas, sus interacciones. Esta deliberada lentitud, lejos de ser un defecto, es crucial para transmitir la sensación de desorientación y la desconexión de Dave. La fotografía, de un gris opaco y apagado, contribuye significativamente a esta sensación de melancolía y desasosiego. La paleta de colores, aunque limitada, se utiliza con maestría para evocar los sentimientos de Dave: el verde apagado de la ciudad, el gris de la monotonía, el rojo vibrante de las luces de neón que se oponen a su propio aislamiento.

La actuación de Ryan Corr como Dave es, sin duda, el corazón de la película. Su interpretación es magistral. Captura con precisión la vulnerabilidad, la confusión y la inmensa soledad que experimenta el personaje. Corr transmite con sutileza la lucha interna de Dave entre su programación como máquina y su anhelo de conexión humana. No se trata de una actuación grandilocuente; es una interpretación natural y sutil que nos permite empatizar plenamente con Dave. El resto del reparto es secundario, pero su contribución a la atmósfera general es importante.

El guion, escrito por Roberts y Steve Guscott, es probablemente el aspecto más complejo y controvertido de la película. La narrativa no sigue una línea argumental clara. La película se basa en la sugerencia, la metáfora y la exploración simbólica. La idea de Dave como una nave humana es ambigua y puede interpretarse de diversas maneras. No se ofrece una explicación definitiva, lo que obliga al espectador a reflexionar sobre el significado de la película. La ambigüedad puede frustrar a algunos, pero para mí, es precisamente esta falta de respuestas definitivas lo que hace que la película sea tan atractiva y memorable. La película se propone más como un viaje interior que como una historia tradicional.

En definitiva, "Atrapado en un pirado" es una experiencia cinematográfica provocadora y reflexiva que, si bien no es para todos los públicos, es una película que merece la pena ver para aquellos que buscan algo diferente. No es una película que te dará todas las respuestas, pero te hará cuestionar tu propia percepción de la realidad y te dejará con una sensación persistente de inquietud. Es una película que se queda contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 7/10