“Aullidos” (Howl), la reciente película de Mike Flanagan, no es una simple historia de terror; es un ejercicio complejo y perturbador sobre el trauma, la culpa y la lucha entre la razón y la bestia que reside en cada uno de nosotros. Flanagan, conocido por su trabajo en series como “The Haunting of Hill House” y “Midnight Mass”, demuestra una vez más su maestría para crear atmósferas tensas y explorar temas psicológicos con una intensidad innegable. La película no se basa en sustos fáciles o jump scares, sino en una construcción gradual y sutil de la inquietud, utilizando una fotografía hermosa pero inquietante y una banda sonora que permea cada escena con una sensación de opresión.
La historia de Karen (Jessica Sutton) es profundamente humana, aunque no siempre fácil de soportar. Su crisis nerviosa, producto de un violento asalto, la lleva a buscar refugio en un remanso rural, donde el hogar idílico que comparte con su marido, Paul (Lucas Adler), se desmorona lentamente. La película explora con delicadeza pero sin tapujos el impacto devastador de la violencia sexual y la dificultad de sanar. La actuación de Sutton es notable; logra transmitir la vulnerabilidad de Karen, su miedo y su creciente desesperación. Adler, por su parte, ofrece una actuación que oscila entre la inquietud latente y la locura desenfrenada, culminando en un personaje que es tanto una víctima como un agresor, lo que complica enormemente la percepción del espectador.
La dirección de Flanagan, como siempre, es magistral. El uso del color, especialmente el verde y el marrón, crea una paleta visual que refuerza la atmósfera opresiva y claustrofóbica. La película se centra en la relación entre Karen y Paul, y la película se vuelve cada vez más enfocada en la disrupción de esa relación. El elemento fantástico, la aparición de un hombre lobo, no es un elemento añadido al guion, sino que surge como una manifestación del trauma y la culpa que atormentan a Paul, una consecuencia directa de su pasado. La película sugiere que el ataque no es un evento aleatorio, sino una consecuencia de la innegable culpa que siente por el pasado. La ambigüedad que rodea la naturaleza del hombre lobo añade una capa de complejidad a la narrativa, forzando al espectador a cuestionar la realidad y la percepción.
El guion, adaptado de una novela de H.P. Lovecraft, aunque conserva elementos de la obra original, ha sido considerablemente ampliado y adaptado por Flanagan para explorar temas más contemporáneos y personales. Si bien algunos podrían argumentar que la inclusión del hombre lobo es excesiva y distrae del núcleo de la historia, para mí, actúa como un catalizador, una metáfora visual del tormento interno que reside en los personajes. La película no ofrece respuestas fáciles y, en lugar de eso, se queda con preguntas incómodas sobre la naturaleza humana, la responsabilidad y la posibilidad de redención. “Aullidos” es, en definitiva, una película que te acompañará mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar, obligándote a reflexionar sobre tus propios miedos y traumas.
Nota: 8/10