“Ay, Juancito” es un hallazgo cinematográfico que, sorprendentemente, ofrece una perspectiva fresca y dolorosamente humana sobre la Argentina de Perón a través de la historia de Juan Ramón Duarte, el hermano menos conocido de Eva Perón. La película, dirigida con maestría por [Nombre del Director, si se conoce], no se limita a una biografía convencional; se adentra en la psique de un hombre marcado por las sombras de su hermana, desvelando las complejidades de una familia marcada por el poder y los secretos.
Adrián Navarro, en el papel de Juan Ramón, entrega una interpretación que va más allá de lo meramente superficial. No es un simple personaje de apoyo; es la central de la narrativa, y Navarro lo dibuja con una mezcla de carisma, vulnerabilidad y una creciente desesperación. El actor logra transmitir la ambición desmedida que lo impulsa, pero también la profunda inseguridad que lo consume, especialmente en comparación con el ídolo que es su hermana. Su evolución, desde un joven ambicioso hasta un hombre consumido por la decadencia, es palpable y conmovedora. La dirección de arte y la vestimenta, reflejo de la época, complementan a la perfección la interpretación de Navarro.
La figura de Evita Perón, interpretada por Inés Estévez, es el eje central de la narrativa y Estévez la retrata con una complejidad que desafía los clichés. No se presenta como la icona propagandística, sino como una mujer profundamente humana, capaz de amor, frustración y, quizás, de cierto resentimiento hacia el hermano que siempre estuvo a la sombra de su propia leyenda. La relación entre hermanos se teje con sutileza y profundidad, revelando un conflicto silencioso que permea toda la película. Las escenas que involucran a ambos actores son las más resonantes y memorables, transmitiendo un diálogo silencioso y cargado de significado.
El guion, coescrito por [Nombre del Guionista, si se conoce], se beneficia de un ritmo pausado que permite a la audiencia sumergirse en la atmósfera de la época y en los entresijos de la familia Duarte. Sin embargo, en ciertos momentos, el ritmo puede resultar un poco lento, ralentizando la acción. No obstante, la banda sonora, cuidada y evocadora, contribuye significativamente a la atmósfera general de la película. La película evita caer en la glorificación del régimen peronista y se centra en la humanidad de sus personajes, ofreciendo una visión matizada de la historia argentina. Aunque no es una obra maestra, "Ay, Juancito" es un drama intrigante que merece ser visto por aquellos interesados en conocer un lado poco explorado de la figura de Eva Perón y la turbulenta Argentina de Perón.
Nota: 7/10