¡Ayuda, encogí a mis amigos! (2021)

“¡Ayuda, encogí a mis amigos!” es una comedia adolescente que, a primera vista, parece un simple reinvención de tropos familiares, pero bajo la superficie, revela una inesperada dosis de ingenio y un núcleo emocional sorprendentemente potente. La película, dirigida por Stephen Halpert, se basa en una premisa bastante descabellada - un chico encogiendo a sus amigos con un artefacto mágico- que, aunque podría haber sucumbido a la torpeza, se mantiene sorprendentemente enraizada en la dinámica de un grupo de amigos y en la búsqueda de la aceptación. La película explora con honestidad las complejidades de la adolescencia: la presión social, la inseguridad, la confusión amorosa y el deseo desesperado de pertenecer.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Seth Rogan, como Felix, entrega una interpretación que equilibra a la perfección la torpeza juvenil, la vulnerabilidad y, finalmente, el arrepentimiento. Es un personaje que merece simpatía, y Rogan lo consigue con una naturalidad contagiosa. La química entre Rogan y Anya Taylor-Joy, en el papel de Melanie, es palpable desde el principio. Melanie no es simplemente la “nueva chica” que causa problemas; es una joven inteligente y observadora que, sin saberlo, se convierte en la catalizadora de los eventos. Su carácter es complejo, mostrando tanto inseguridad como una fuerte voluntad de defender lo que cree justo. Es un pequeño giro de guion que añade profundidad al personaje y a la narrativa en general.

El guion, aunque se basa en la premisa de la encogimiento, realmente brilla en su exploración de las relaciones entre los personajes. La trama se desarrolla de una manera orgánica, evitando cliches y centrándose en las consecuencias de las acciones de los personajes. La reducción de tamaño no es simplemente un truco visual, sino un catalizador que expone las tensiones internas y obliga a los personajes a enfrentarse a sus errores y a sus sentimientos. La película no rehuye mostrar el lado oscuro de la adolescencia, incluyendo los celos, las mentiras y las decisiones impulsivas. La historia funciona mejor cuando se centra en la búsqueda de la aceptación, tanto personal como social, que es una lucha universal para los adolescentes. La película también hace un buen trabajo al presentar un mensaje subyacente sobre la importancia de la amistad y la honestidad.

Sin embargo, la película no está exenta de pequeños fallos. La trama se complica un poco demasiado hacia el final, y algunos de los giros argumentales, aunque entretenidos, podrían haberse desarrollado con mayor sutileza. Algunas secuencias visuales, especialmente aquellas relacionadas con la encogimiento, carecen del pulido que podría haber elevado la producción. No obstante, estas pequeñas imperfecciones son fácilmente perdonables frente a la alegría y el ingenio general de la película. La comedia, en definitiva, es efectiva, y el desarrollo emocional de los personajes es genuino.

Nota: 7/10