Baarìa (2009)

“Baarìa” de Giuseppe Tornatore no es simplemente una película, sino una experiencia cinematográfica visceral que te envuelve y te consume desde el primer momento. La película, una de las candidatas a los Oscar en 2010, ha resistido el paso del tiempo y, aún hoy, se mantiene como una obra maestra del cine italiano, un canto al alma de Sicilia y a la fuerza de los lazos familiares.

Tornatore construye una narrativa multigeneracional con una maestría admirable. El filme, ambientado en un pequeño pueblo siciliano, el "Baarìa", se traslada a través del tiempo, mostrando la evolución de la comunidad y de sus habitantes, desde la caída del fascismo hasta la posguerra. La película no se limita a ser un relato histórico, sino que se centra en el impacto de los acontecimientos políticos y sociales en la vida cotidiana de un grupo de personas. El film explora la soledad, el honor, el orgullo y la búsqueda de la identidad, temas universales que trascienden el contexto geográfico y temporal.

La dirección de Tornatore es impecable. Su dominio de la luz y el color es asombroso, utilizando la paleta visual de Sicilia - el intenso sol, el azul profundo del mar, los colores terrosos de la tierra – para crear una atmósfera inmersiva y evocadora. La cámara no se queda atrás; se convierte en un testigo silencioso, acompañando los personajes en sus andanzas, capturando la belleza agreste del paisaje y la intensidad de sus emociones. La película se caracteriza por una notable ausencia de la música orquestal convencional, con la utilización de la música folclórica siciliana que añade un componente crucial a la autenticidad del relato.

Las actuaciones son soberbias. Toni Servillo, en el papel de Ntoni, ofrece una interpretación inolvidable. Su personaje, un hombre marginado por la sociedad, pero con una profunda capacidad de empatía y justicia, es complejo, vulnerable y, a la vez, fascinante. El resto del elenco secundario, compuesto por actores locales, también brilla con luz propia, aportando un realismo y una autenticidad a la narrativa. Cada personaje está completamente dotado, no es solo un nombre en un esquema.

El guion, escrito por Tornatore y Patrizio De Loretta, es la verdadera joya de la película. Evita caer en melodramáticos clichés y construye una historia cruda, realista y profundamente humana. La trama, que se centra en la búsqueda de un hijo perdido, es un pretexto para explorar la identidad, la memoria y el destino. Hay momentos de intensa emoción y otros de una sutil belleza. Se percibe una reflexión sobre la memoria, el pasado y el legado familiar. La película no explica, sino que presenta, invitando al espectador a reflexionar sobre la condición humana. Es una película que te plantea preguntas más que te da respuestas definitivas.

Nota: 9/10