Baby Mama (Mamá de alquiler) (2008)

“Baby Mama” (Mamá de alquiler), dirigida por Amy Sherman-Palladino, no es una película que redefine el género de la comedia romántica, pero sí logra construir una historia entrañable y sorprendentemente resonante. Más allá de la premisa inicial de una mujer ambiciosa que contrata a una madre sustituta, la película explora con agudeza temas como la maternidad, el rol de género en la sociedad y la importancia de la familia, tanto la que elegimos como la que nos es impuesta.

La película se centra en Tess Coleman (Julia Roberts), una exitosa, aunque solitaria, ejecutiva de una empresa de publicidad. Su ambición profesional la ha mantenido alejada de la paternidad, y cuando descubre que no puede concebir, toma la drástica decisión de contratar a Sharon Pierce (Michelle Pfeiffer), una mujer trabajadora, con una vida personal complicada, para que sea su madre de alquiler. La dinámica entre Tess y Sharon es el corazón de la película, y es donde la película realmente brilla. Pfeiffer entrega una actuación magistral, llevando con naturalidad y humor un personaje que podría haber sido unidimensional. La química entre Roberts y Pfeiffer es palpable, creando un vínculo genuino que ancla emocionalmente la trama.

El guion, co-escrito por Sherman-Palladino, es inteligente y subraya la ironía de la situación: una mujer que siempre ha priorizado su carrera se encuentra ahora dependiente de otra para alcanzar su deseo de ser madre. Las diálogos son ágiles, llenos de sarcasmo y observaciones perspicaces sobre las presiones sociales que recaen sobre las mujeres. Aunque la trama principal se centra en la búsqueda de la maternidad, la película se permite explorar los dilemas personales de Sharon, dándole una profundidad y una humanidad inesperadas. Además, la película no rehúye de los estereotipos, pero los utiliza con un toque de humor que evita la condescendencia o la caricatura.

Sin embargo, "Baby Mama" no está exenta de algunas debilidades. La trama secundaria con el ex de Tess (Colin Hanks) puede sentirse un poco alargada y poco relevante para el desarrollo principal de la historia. Además, algunos de los momentos cómicos, aunque efectivos, podrían haberse refinado para evitar un humor un tanto maniqueo. No obstante, estas pequeñas imperfecciones se desvanecen ante la fuerza de la historia central y la química entre las dos protagonistas.

En definitiva, "Baby Mama" es una comedia romántica agradable, entretenida y con un mensaje sutil pero valioso. Ofrece una mirada fresca y divertida a la problemática de la maternidad y el rol de género, apoyada por actuaciones excepcionales y un guion inteligente. Es un triunfo para Julia Roberts y Michelle Pfeiffer, y una recomendable escapada cinematográfica.

Nota:** 7/10