“Bad Genius” no es simplemente un thriller académico; es una disección implacable de la competitividad descontrolada y las presiones que definen la educación moderna. La película de Don Yi, con un ritmo asfixiante y una atmósfera palpable de tensión, se aferra a la audiencia hasta la última escena, presentando un retrato despiadado de cómo la desesperación por el éxito puede corromper incluso a los más brillantes. La historia, centrada en Lynn (starred by Shu Qi), una estudiante excepcional que se convierte en la mente maestra de una elaborada red de fraude académico, no es original en su premisa, pero es la manera en que Yi la ejecuta lo que la convierte en una experiencia cinematográfica particularmente impactante.
El director logra mantener un equilibrio delicado entre el suspense y la psicología de los personajes. La película no se dedica a justificar las acciones de Lynn; la presenta como una protagonista moralmente ambigua, cuyas motivaciones, aunque comprensibles, no nos excusarán su comportamiento. Lo que sí nos obliga a reflexionar es la presión social que la rodea, el sistema educativo que la empuja y la vulnerabilidad que, paradójicamente, la lleva a construir un negocio de engaños. El uso de la cámara es impecable, con planos cerrados que transmiten la ansiedad y la concentración de Lynn mientras planea y ejecuta sus estrategias. La banda sonora, minimalista pero efectiva, intensifica la sensación claustrofóbica y de urgencia.
Las actuaciones son, en su gran mayoría, sobresalientes. Shu Qi, en el papel de Lynn, entrega una interpretación magistral, transmitiendo la inteligencia, la frialdad y la vulnerabilidad de su personaje con una sutileza asombrosa. Su mirada, a menudo ausente y calculadora, es una de las claves para entender su carácter. Los actores que interpretan a los estudiantes y a los profesores no son menos convincentes, cada uno aportando una capa más de complejidad a la trama. Particularmente destacable es la interpretación de Wu Haotong como Pat, el chico rico y problemático que sirve como catalizador de la historia y aporta un toque de comicidad oscura al relato.
Sin embargo, el guion, si bien sólido en su estructura narrativa y en la construcción de la tensión, podría haber profundizado más en las consecuencias morales de las acciones de los personajes. Si bien se sugiere el impacto en la vida de los estudiantes y en el sistema educativo, una exploración más exhaustiva de estas implicaciones, más allá de las consecuencias inmediatas, habría enriquecido la experiencia cinematográfica. La película se centra en el *cómo* del engaño, pero podría haber profundizado en el *por qué*. De todas maneras, “Bad Genius” es un thriller inteligente, bien ejecutado y visualmente atractivo que, sin duda, dejará una impresión duradera en el espectador, obligándolo a cuestionar los límites del éxito y el precio que estamos dispuestos a pagar por él.
Nota: 8/10