Bad Santa 2 (2016)

“Bad Santa 2” no es una obra maestra cinematográfica, ni se pretende ser. Es, en cambio, una secuela impulsada por la necesidad de recuperar un público ya familiarizado con el peculiar personaje de Willie Soke, interpretado magistralmente por Billy Bob Thornton. La película, a pesar de sus momentos incómodos y humor negro, se aferra a la esencia que la convirtió en un éxito sorpresa en 2003: un antihéroe cínico, alcohólico y moralmente ambiguo que se enfrenta a la superficialidad y la hipocresía de las navidades comerciales.

Thornton vuelve a encarnar a Willie con una naturalidad y un descaro contagiosos. Su presencia en pantalla es el motor de la película, y su interacción con Marcus (interpretado por Joey Gallo), el joven acompañante que se une a su estafada, genera la mayor parte del humor y, a veces, de la incomodidad. La química entre ambos actores es fundamental, y Gallo logra equilibrar la torpeza juvenil con un toque de autenticidad que evita que el personaje se convierta en un estereotipo. Sin embargo, la trama, que se centra en una misión para desmantelar una organización benéfica en Chicago, se siente un tanto descuidada y predecible.

La dirección de Jeremiah Rupp se mantiene sencilla y pragmática, enfocándose en la caracterización de los personajes y en la creación de una atmósfera visualmente reconocible. La película no intenta ser innovadora en términos de estética, optando por una estética funcional que sirve al tono de la historia. Los efectos especiales son mínimos, lo que contribuye a un estilo de producción realista y poco ostentoso. No obstante, el ritmo se siente a veces irregular, con escenas que se alargan innecesariamente y otros momentos que se ven atropellados.

El guion, escrito por después de la versión original, carece de la agudeza y la profundidad que hacía tan memorable la primera entrega. Los diálogos, aunque a menudo ingeniosos, no logran el mismo impacto. La inclusión de la historia familiar de Willie, con la aparición de Sunny Soke (Lauren Graham), añade una capa adicional de complejidad, pero también diluye el foco principal y puede resultar excesivamente melodramática. La película explora temas como la familia disfuncional, el perdón y la redención, pero lo hace de una manera superficial. El humor negro, si bien presente, a veces se siente forzado y poco natural.

En definitiva, “Bad Santa 2” es una secuela que cumple su cometido: ofrece una dosis de humor irreverente y un antihéroe imperfecto para disfrutar durante las navidades. No es una película que marque la historia del cine, pero sí que sabe aprovechar el atractivo de su personaje principal. Si buscas una experiencia cinematográfica ligera y entretenida, con un toque de crítica social sutil, podría ser una opción, pero no esperes una obra maestra.

Nota: 6/10