‘Bajirao Mastani’ es una película que se erige como un monumento al melodrama épico, una inmersión profunda en un período histórico turbulento y, a su vez, una exploración conmovedora –aunque, en ocasiones, excesiva– del amor y la ambición. Sanjay Leela Bhansali, conocido por su estéticas opulentas y su habilidad para evocar la época, entrega aquí una producción grandiosa que, sin embargo, palidece un poco frente a la fuerza narrativa de sus mejores trabajos.
La película, con una dirección magistral de Bhansali, se centra en la relación entre Bajirao I (Ranveer Singh) y Mastani (Deepika Padukone), dos almas atormentadas destinadas a desafiar las convenciones sociales y religiosas de la India del siglo XVIII. Singh ofrece una interpretación vibrante y carismática de Bajirao, un guerrero formidable, un líder implacable, pero también un hombre consumido por la pasión y la pérdida. Su danza entre la estrategia militar y el anhelo romántico es, en gran medida, convincente. Padukone, por su parte, cautiva con su vulnerabilidad y su belleza melancólica, transmitiendo la complejidad de Mastani, una mujer elegida para ser una pieza en un juego político y personal.
La fotografía de DOP Binod Khan es deslumbrante. Los colores intensos, la arquitectura imponente y los elaborados decorados recrean de manera impecable el ambiente de la época. Las escenas de batalla son especialmente impactantes, llenas de movimiento, tensión y una escala que recuerda a las grandes épicas cinematográficas. No obstante, la intensidad visual, a veces, puede sobrecargar la experiencia, oscureciendo la sutileza emocional que podría haber enriquecido la película.
El guion, aunque ambicioso en su alcance, presenta algunas inconsistencias. La trama principal, centrada en el amor entre Bajirao y Mastani, se ve a menudo eclipsada por la construcción política y las intrigas de la corte. Si bien la película intenta explorar las consecuencias de las decisiones de Bajirao, y las complejidades del poder y la lealtad, a veces lo hace de forma algo superficial, dejando ciertos personajes secundarios y sus motivaciones poco desarrollados. La película se pierde a veces en la ornamentación y en el deseo de presentar la época con gran detalle, sacrificando la densidad dramática.
A pesar de estas fallas, ‘Bajirao Mastani’ es, en definitiva, una experiencia cinematográfica memorable. La banda sonora de AR Rahman es sublime, elevando la emoción de cada escena. Las interpretaciones de Singh y Padukone, a pesar de la densidad de sus roles, son sólidas y convincentes, y la película, en su conjunto, es un recordatorio de la grandeza del cine épico y de la complejidad de la historia india. Es una obra que, si bien no es perfecta, merece ser vista por su valor estético y su capacidad para evocar un mundo perdido.
Nota: 7/10