“Bajrangi Bhaijaan” es una película que llega al corazón de manera inesperada, irrumpiendo en la cartelera con una calidez genuina que contrasta con la magnitud de su temática. La historia, aparentemente sencilla en su premisa – un hombre discapacitado auditivo y su joven paciente que viajan entre India y Pakistán para ayudar a una chica perdida – se convierte en un vehículo potente para explorar temas de empatía, prejuicios y la búsqueda de la conexión humana. Salman Khan no sólo protagoniza, sino que también co-dirige, lo que se nota en la autenticidad con la que aborda el papel de Bashir Khan, un hombre de gran corazón, atormentado por su pasado pero con una capacidad asombrosa para la compasión. Khan ofrece una actuación conmovedora, evitando el melodrama barato y centrando su interpretación en la sencillez y la dignidad de un hombre que se esfuerza por ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.
La película se beneficia enormemente de la dirección de Kabir Khan, quien consigue mantener un equilibrio delicado entre el humor y la melancolía. La fotografía de Siddharth Gupt contribuye a la atmósfera, utilizando la luz y el color de la India rural para enfatizar la belleza y la pobreza del país. El ritmo de la narración es pausado, permitiendo que las emociones se desarrollen de manera natural, y evita caer en clichés típicos de las películas de comedia romántica. La banda sonora de Pritam es igualmente impecable, con melodías evocadoras que amplifican el impacto emocional de la historia. La película no rehuye la realidad de las dificultades que enfrentan los individuos con discapacidades auditivas, mostrando con respeto y sensibilidad su día a día y sus desafíos en la comunicación.
El guion, en gran medida escrito por Khamosh Punjabi, es el corazón de la película. Si bien la trama principal es sólida, lo que realmente resalta es la manera en que explora las consecuencias de las tensiones geopolíticas y el impacto de la deshumanización. La película no busca demonizar a Pakistán, sino que critica la indiferencia y el prejuicio de algunas personas en India. La relación entre Bashir y Munni es el núcleo emocional de la película, un vínculo improbable pero profundamente conmovedor que se basa en la comprensión mutua y la aceptación. Sin embargo, el final, aunque emocionalmente satisfactorio, podría ser considerado un tanto optimista y resolutivo para algunos espectadores, rompiendo un poco con la complejidad inherente a la situación política en la región.
En definitiva, “Bajrangi Bhaijaan” es una película reconfortante y profundamente humana. Más que un simple entretenimiento, es una invitación a reflexionar sobre la empatía, la tolerancia y la importancia de conectar con los demás, independientemente de sus diferencias. Es una obra que, a pesar de sus limitaciones, deja una huella imborrable gracias a su corazón y a su capacidad para generar una conexión auténtica con el espectador.
Nota: 8/10
