Band Aid (2017)

“Band Aid” es un drama romántico que, a pesar de la premisa atractiva, no logra alcanzar el impacto emocional que promete. La película, dirigida por Jim Fall, se centra en la relación de David (Michael Keaton) y Andrea (Tracee Ellis Ross), un matrimonio en crisis que decide intentar reactivar su conexión a través de una idea peculiar: transformar sus constantes discusiones en canciones y formar una banda. La idea en sí misma es interesante y ofrece un marco para explorar la dinámica de una pareja que se siente perdida, pero la ejecución resulta ser algo desigual.

Keaton y Ross, dos actores de gran talento, son el principal punto a favor de la película. Ambos realizan un trabajo admirable, transmitiendo la frustración, el dolor y la desesperación de sus personajes con una intensidad palpable. Keaton, en particular, ofrece una interpretación particularmente conmovedora, explorando la vulnerabilidad de un hombre que se siente incapaz de conectar con su esposa. La química entre ambos es notable, permitiéndonos creer en la complejidad de su relación. Ellis Ross, por su parte, aporta una fuerza y un desafío que equilibran la desesperación de Keaton. Sus interpretaciones son sólidas y, en ciertos momentos, incluso sorprendentes.

El guion, sin embargo, es donde la película menos brilla. Si bien la premisa es original, la historia se desarrolla de una manera poco convencional, a menudo carente de un ritmo convincente. Las canciones, la piedra angular de la narrativa, son, en general, mediocres. No aportan profundidad emocional ni sirven como un vehículo real para el desarrollo de los personajes. La banda sonora, en su mayoría, es genérica y, en ciertos momentos, audiblemente forzada. Además, la película tropieza con la falta de una narrativa clara. Los motivos detrás de la disputa entre David y Andrea se revelan de manera fragmentada y poco convincente, lo que dificulta la empatía del espectador.

La dirección de Jim Fall es competente, pero no particularmente audaz. La película se mueve entre tonos cómicos y dramáticos, lo que resulta en una atmósfera a veces confusa. La fotografía es agradable, aunque carente de una identidad visual distintiva. La película intenta equilibrar la comedia con el drama, pero no logra encontrar un equilibrio satisfactorio. Hay momentos de humor genuino, pero se interrumpen con escenas dramáticas que no logran conectar emocionalmente. Se podrían haber explorado más las consecuencias emocionales de la ruptura en la relación, profundizando en los traumas subyacentes que los mantienen atrapados en un ciclo de discusiones.

En definitiva, “Band Aid” es una película con potencial, pero que termina siendo decepcionante. La actuación de Keaton y Ross es excelente, pero el guion y la dirección no son lo suficientemente sólidos como para compensar sus deficiencias. Es un esfuerzo por conectar a través de la música que, al final, deja una sensación de insatisfacción. Se podría haber creado una historia mucho más potente y memorable.

Nota: 6/10