Barbarosa (1982)

“Barbarosa” es un wéstern de 1982 que, a pesar de no alcanzar la gloria instantánea que algunos de sus contemporáneos sí lograron, merece un análisis más profundo que la mera mera mención de que fue la primera película de Fred Schepisi filmada en Estados Unidos. La película, con un presupuesto considerable y un reparto estelar, se presenta como un espectáculo visualmente ambicioso, y en ese sentido, cumple con creces sus aspiraciones.

Schepisi, conocido por su habilidad para dirigir actores y narrar historias complejas, construye un escenario desértico brutal y majestuoso. La dirección visual es, sin duda, el punto fuerte de la película. La cinematografía de David Watkin, con sus vastos paisajes y la luz inclemente del desierto, crea una atmósfera opresiva e inquietante que transmite la dureza de la vida en el oeste americano. La paleta de colores, predominantemente ocres y marrones, refuerza esa sensación de aridez y peligro. Se aprecia una atención al detalle en la vestimenta, los decorados y la ambientación, que contribuye a la inmersión del espectador.

El reparto es notable. Nastassja Kinski, en el papel de Barbara (Barbarosa), entrega una actuación intensa y carismática, personificando la figura del personaje mítico. Su presencia en pantalla es magnética y su interpretación, cautivadora. Anthony Franciosa, en el papel del sheriff y antiguo compañero de Barbarosa, ofrece un retrato sutil pero efectivo de un hombre atormentado por su pasado. Aunque algunas de las actuaciones secundarias podrían haber sido más desarrolladas, la química entre Kinski y Franciosa es palpable y esencial para el éxito de la película. Gary Cooper, en su última aparición en la gran pantalla, ofrece un cameo memorable como un viejo leñador, aportando un aire de melancolía y sabiduría al conjunto.

Sin embargo, el guion, aunque presenta tramas entrelazadas y personajes complejos, carece de la profundidad emocional que podría haber elevado la película a un nivel superior. La película se centra mucho en la acción y el espectáculo visual, pero la exploración de temas como la venganza, el honor y la justicia social son a veces superficiales. La resolución del conflicto, aunque satisfactoria a nivel narrativo, resulta algo abrupta y carente de la complejidad que se insinuaba en la trama. Además, la película presenta algunas convenciones del género wéstern que, en la actualidad, pueden resultar un poco forzadas.

En definitiva, "Barbarosa" es un wéstern visualmente impactante y con actuaciones sólidas, pero que, lamentablemente, no alcanza el potencial que parecía albergar. Es un espectáculo cinematográfico que vale la pena ver por su belleza visual y la presencia de sus protagonistas, pero que no logra consolidarse como una obra maestra del género.

Nota: 6/10