“Basil, el ratón superdetective” es una joya animada que regresa para deleitar a nuevas generaciones y, afortunadamente, también para satisfacer el gusto de los espectadores nostálgicos de la serie original. La película, estrenada en 1998, logra un equilibrio magistral entre el guiño a los fans originales y la creación de una aventura fresca y emocionante, que demuestra que el espíritu de Sherlock Holmes, adaptado a un mundo microscópico de ratones, sigue vivo y con mucho atractivo.
La dirección de Tim Burton, aunque quizás no tan oscura como su habitual sello, aporta una estética visualmente inconfundible. El uso de colores vibrantes y un diseño de producción detallado y exuberante, con un Londres miniaturizado de una belleza asombrosa, es un punto fuerte de la película. Burton logra recrear la atmósfera victoriana con un toque ligeramente surrealista, creando un universo mágico y fascinante para el espectador. Sin embargo, a veces se siente la falta de una dirección más audaz, evitando a veces tomar riesgos creativos que podrían haber elevado la película a un nivel superior.
El reparto de voces es absolutamente excepcional. Robbie Williams como Basil es perfecto: captura la inteligencia aguda, la elegancia y el sarcasmo característicos del detective. Owen Wilson como el Dr. Dawson aporta la calma y la sabiduría, mientras que Alfred Molina ofrece una interpretación memorable como el Profesor Ratigan. Molina, en particular, se roba cada escena en la que aparece, inyectando una maldad hilarante y convincente al villano. La química entre los tres actores es palpable, lo que contribuye enormemente al éxito de la película.
El guion, adaptado de los relatos originales de E. Nesbit, está muy bien estructurado, con una trama intrigante que mantiene al espectador enganchado desde el principio hasta el final. La resolución de los misterios es inteligente y satisfactoria, sin recurrir a soluciones fáciles o predecibles. La película explora temas como la amistad, el coraje y la justicia, presentándolos de una manera accesible y entretenida para el público infantil, aunque también ofrece matices que resultan interesantes para los adultos. La película se beneficia de la brevedad de las historias originales, permitiendo una trama concisa y directa, que evita la sobrecarga de información y se enfoca en la acción y el misterio.
En definitiva, “Basil, el ratón superdetective” es una película animada inteligente, divertida y visualmente deslumbrante. Es una carta de amor a la serie original, al mismo tiempo que establece su propia identidad. Es un clásico moderno que merece ser visto y disfrutado por todas las edades.
Nota: 8/10