
Batalla en Seattle (2007)
(EN) · Acción, Drama · 1h 39m
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Dónde ver Batalla en Seattle
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Sinopsis
Narra la dramática situación que tuvo lugar en el encuentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Seattle en 1999, donde unos 100.000 manifestantes provocaron el caos en la ciudad. Durantes esos días, decenas de miles de personas tomaron por asalto la calle en protesta contra la poderosa organización supranacional. Lo que comenzó como una protesta antiglobalización tranquila, reivindicando el cese de las conferencias de la OMC, se convirtió en un motín, que finalmente obligó a proclamar el estado de excepción, lo que desembocó en la adopción de una postura de combate contra el Departamento de Policía de Seattle y la Guardia Nacional por parte de una masa de manifestantes pacíficos sin armas.
Ficha de la película
Battle in Seattle
EN
Mary Aloe, Maxime Rémillard, Stuart Townsend, Kirk Shaw
Reparto principal de Batalla en Seattle
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Batalla en Seattle.
Tráiler Oficial

Críticas de la película
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“Batalla en Seattle” no es un documental exhaustivo ni una biopic convencional, sino una película que se sitúa en un terreno intermedio entre la ficción y la realidad, intentando capturar la energía visceral y la desorganización del evento de 1999 que sacudió la ciudad de Seattle. La película, dirigida por Gary J. Kowalski, se centra principalmente en la experiencia de un pequeño grupo de personas –un periodista independiente, un activista y un joven estudiante – que se encuentran atrapados en el caos que se desató durante las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio. La película no busca ofrecer una narrativa lineal, sino más bien una serie de fragmentos, momentos que ilustran la creciente tensión y la escalada de violencia, dando a la vez una sensación de inmediatez y una cierta ambigüedad moral.
Uno de los puntos fuertes de la película es su capacidad para transmitir la atmósfera de confusión y la sensación de pérdida de control que reinaba en Seattle. La dirección, a pesar de no recurrir a excesivos efectos especiales, crea un ambiente claustrofóbico, donde la cámara, a menudo moviéndose a través de las calles abarrotadas y los interiores caóticos de los hoteles, se siente parte activa de la acción. La película consigue plasmar el pánico generalizado, la desconfianza y la frustración de los manifestantes, así como el creciente nerviosismo de la policía. Sin embargo, esta elección estilística también puede resultar, en ocasiones, un poco pesada, con escenas repetitivas que, aunque evocadoras, no aportan información nueva.
Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Stephen Root como el periodista, un hombre desgastado por la vida y buscando una última historia que le marque la diferencia. Aunque su personaje no está particularmente desarrollado, aporta un punto de anclaje emocional para el espectador. El resto del elenco secundario cumple su función, pero no sobresale en ninguno de los casos. La película no busca estrellas, sino más bien concentrarse en la experiencia colectiva. Lo más notable, sin embargo, es la dirección de arte y la recreación de Seattle en 1999. El vestuario, los coches, la decoración de los hoteles… todo contribuye a construir una atmósfera auténtica y transporta al espectador a la ciudad del año 99. La película es meticulosa en sus detalles, y se nota la investigación realizada para recrear la época.
El guion, en gran medida, se centra en la reacción de los personajes a los acontecimientos en lugar de ofrecer una explicación profunda de las razones detrás de la protesta o las consecuencias del conflicto. Aunque se menciona la controversia globalizada que rodea la OMC, la película se limita a mostrar la manifestación en sí misma, dejando la reflexión sobre sus causas y sus implicaciones para el espectador. Esta decisión es comprensible, dada la complejidad del tema, pero también deja la película con un cierto aire de incompletud. La película no intenta juzgar las acciones de los manifestantes o de la policía, sino más bien mostrar la confrontación como un hecho, dejando que el espectador saque sus propias conclusiones. Esto, en última instancia, es lo que hace que “Batalla en Seattle” sea una película provocadora y memorable, aunque no exenta de algunas fallas. A pesar de sus limitaciones, ofrece un interesante vistazo a un momento crucial en la historia contemporánea y a la lucha por la justicia social.
Nota: 7/10
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