Beautiful Thing (1996)

“Beautiful Thing” es una película de 1996 que, a pesar de su relativa oscuridad en la memoria colectiva, merece ser rescatada como un drama adolescente con una sensibilidad notable y un mensaje poderoso. La película, dirigida por Hideo Nakata (conocido principalmente por "Ringu"), se aleja de la grandilocuencia y la explosividad del melodrama adolescente, optando por un enfoque realista y pausado que explora las complejidades de la adolescencia, la familia disfuncional y, crucialmente, la propia sexualidad. La trama, que comienza con la ausencia de la madre y la búsqueda de Ste por parte de Jamie, se convierte en el detonante de una serie de eventos que llevan a los protagonistas a confrontar sus miedos, deseos y las presiones sociales.

Lo que distingue a “Beautiful Thing” es la profundidad de sus personajes. Jamie (Colin Firth), un joven introvertido y sensible, se encuentra atrapado en una dinámica familiar turbulenta. Su relación con su madre, Sandra (Gina McKee), marcada por la falta de comunicación y la evidente preocupación por su hijo, es sutilmente pero eficazmente representada. Firth ofrece una actuación excepcionalmente matizada, transmitiendo la vulnerabilidad y la inseguridad de Jamie con una elegancia que contrasta con el melodrama habitual del género. Ste (Andrew Robertson) es el protagonista más conflictivo, un adolescente marcado por la violencia doméstica y la búsqueda de refugio. Robertson logra un retrato creíble de un chico herido, que se siente a la vez atraído y repelido por Jamie. La química entre Firth y Robertson es palpable, lo que permite que la exploración de la atracción homosocial sea natural y convincente. La directora consigue mostrar la complejidad de la atracción, no como un evento romántico instantáneo, sino como un proceso gradual de conexión y comprensión.

El guion, adaptado de la obra teatral homónima de Sally Wainwright, es una de las mayores fortalezas de la película. Evita caer en clichés y estereotipos, ofreciendo un retrato honesto y sin adornos de la realidad adolescente. La película no intenta glorificar la homosexualidad, sino que la presenta como una parte natural y válida de la experiencia humana. El ambiente opresivo y la sensación de aislamiento que se perciben en el barrio de Salford, en el norte de Inglaterra, contribuyen a la atmósfera melancólica y a la desesperación de los personajes. La dirección de Nakata, aunque discreta, es eficiente, utilizando la cámara para capturar los momentos de tensión y emoción con sutileza. La banda sonora, con melodías nostálgicas y emotivas, complementa la narrativa de manera efectiva.

A pesar de su tono melancólico, “Beautiful Thing” es, en última instancia, una película esperanzadora. Muestra la importancia de la conexión humana, la necesidad de ser aceptado y la fortaleza que se puede encontrar en la amistad. La película, lejos de ser un simple drama adolescente, plantea preguntas importantes sobre la familia, la identidad y la sociedad. Es una película que permanece en la memoria por su autenticidad y su capacidad para generar empatía en el espectador. Es una joya poco apreciada que merece ser redescubierta.

Nota: 8/10