Behind the Blue Door (2016)

“Behind the Blue Door” es una propuesta cinematográfica interesante, aunque que a última instancia no logra alcanzar la profundidad que promete. La película, dirigida por Anna Maria Szulc, se presenta como un thriller psicológico con toques fantásticos, explorando el duelo, la pérdida y la búsqueda de la identidad tras una tragedia. La historia, centrada en Lukasz, interpretado con notable matiz por Bartosz Szawara, nos sumerge en el estado de shock postraumático del joven después del fatal accidente que le arrebató a su madre. La premisa de la existencia de una puerta azul que conduce a una realidad paralela, y por tanto a una versión alternativa de su pasado, es lo que inicialmente cautiva y plantea una trama enigmática. Sin embargo, es donde las cosas empiezan a entrelazarse y a fallar.

El director Szulc consigue construir una atmósfera opresiva y perturbadora desde el principio, utilizando la paleta de colores y el sonido de manera efectiva para transmitir la desorientación y el dolor de Lukasz. La casa de la tía, un lugar aparentemente seguro, se convierte en un espacio claustrofóbico y amenazante. La fotografía, con un uso recurrente del azul y la luz tenue, refuerza esta sensación de inquietud. El guion, aunque intrincado en su planteamiento, se complica en exceso en el desarrollo. La introducción de elementos sobrenaturales, que inicialmente aportan frescura a la historia, terminan por diluir el mensaje central y a complicar la narrativa hasta el punto de que la resolución final resulta algo artificiosa y poco satisfactoria. Se intenta abordar temas complejos como el trauma y el recuerdo, pero el resultado es a veces superficial.

Las actuaciones son, sin embargo, uno de los puntos fuertes de la película. Bartosz Szawara ofrece una interpretación vulnerable y convincente de Lukasz, transmitiendo con éxito su confusión, su rabia y su desesperación. El resto del elenco, especialmente la tía interpretada por Anna Lewandowska, aporta profundidad a los personajes secundarios, aunque sus papeles, en general, son un poco planos. La tensión se mantiene constante gracias a la dirección y el juego de los actores, pero la historia no tiene la fuerza suficiente para mantener al espectador enganchado durante todo el metraje. Es evidente que la intención de la película era provocar reflexiones sobre la naturaleza de la memoria, el duelo y la búsqueda de la verdad, pero lo hace de una manera algo desordenada y, a veces, desconcertante. Se percibe una ambición cinematográfica que, en definitiva, no logra materializarse plenamente.

A pesar de sus fallos, "Behind the Blue Door" ofrece momentos de genuino suspense y algunas imágenes visualmente impactantes. Es una película que, aunque no alcance la perfección, vale la pena ver si se busca una propuesta diferente, con una premisa original y una atmósfera inquietante. No obstante, se espera un mayor pulido en el guion y una mayor coherencia en la resolución de la trama.

Nota: 6/10