Belle (2013)

“Belle” (2013), dirigida por Bill Condon, es una película que, a pesar de su aparente sencillez, logra evocar una profunda reflexión sobre el racismo, la identidad y la búsqueda de la aceptación. La historia, basada en la novela de Hans Christian Andersen, narra la vida de Belle, una joven de origen mixta que es relegada por la nobleza francesa debido a su color de piel, y la forma en que, a través del amor, intenta desafiar las barreras sociales y familiares impuestas.

La dirección de Condon se caracteriza por una elegancia visual que complementa a la perfección la narrativa. La película utiliza una paleta de colores vibrantes, especialmente en la representación de la isla de Dantemare, para contrastar con la frialdad y el formalismo del palacio real. La fotografía de Dante Farley es magistral, creando una atmósfera rica y atractiva que atrae al espectador a este mundo de fantasía y drama. El ritmo de la película es pausado, permitiendo que se exploren las emociones de los personajes y se sientan las tensiones internas que se desarrollan a lo largo de la trama. Condon evita caer en melodramas baratos y, en su lugar, se centra en la construcción de personajes complejos y motivados.

Las actuaciones son, en general, excelentes. Keira Knightley, en el papel de Belle, ofrece una interpretación natural y conmovedora. Captura a la perfección la vulnerabilidad y la determinación de la protagonista, mostrando su evolución desde una niña insegura hasta una mujer valiente y apasionada. Richard Madden, como el Príncipe Adam, complementa a Knightley con una actuación sólida y convincente. La química entre los dos actores es palpable, lo que hace que su romance sea creíble y emotivo. La película también cuenta con un elenco de secundarios talentoso, incluyendo a Gugu Mbatha-Raw como la ama de llaves, Phillippa Soo como la hija del rey y, en un papel que quizás no sea el más destacado, pero sí importante, Billy Flynn como el duque de Northumberland. Sin embargo, la película se centra en el conflicto racial y la lucha por la aceptación, relegando a algunos personajes a roles secundarios, aunque necesarios.

El guion, adaptado de la fábula original, se beneficia de una mayor profundidad que la versión de Andersen. Se explora el racismo con una sensibilidad que, aunque no ignora la crudeza de la situación, se centra en las consecuencias emocionales y psicológicas que la discriminación provoca. La película aborda temas como la clase social, la identidad y la importancia de la comprensión. Además, la historia de Belle no se limita a un simple cuento de hadas; se convierte en una alegoría sobre la lucha por la igualdad y el rechazo basado en prejuicios. Si bien el final puede resultar un poco simplista para algunos, la película logra transmitir un mensaje poderoso sobre la importancia de la aceptación y el amor.

Nota: 7.5/10