“Belle y Sebastián: La nueva generación” es una película que busca devolvernos a las raíces del clásico de Disney, pero que, en el camino, pierde un poco de la magia original y se ataña a un sentimentalismo un tanto excesivo. La historia, en su esencia, es sencilla: un niño de ciudad, Sebastien, se encuentra con una perra maltratada y decide que es su misión protegerla, desencadenando una serie de aventuras veraniegas. A primera vista, el concepto es prometedor, pero la ejecución, aunque visualmente atractiva, no logra alcanzar el impacto esperado.
La dirección de Kelly Fremon Smith es competente, mostrando con cierta eficacia el contraste entre el mundo urbano y rural de Sebastien. La película se beneficia de paisajes escoceses impresionantes, que actúan como telón de fondo perfecto para la historia y contribuyen a la atmósfera, aunque a veces la cámara parece un poco recelosa, prefiriendo planos demasiado largos y poco dinámicos. El ritmo es pausado, lo que puede resultar agradable para algunos espectadores, pero también puede llevar a la desconexión para otros. Se aprecia la intención de Smith de mostrar el trabajo duro de los pastores y la importancia del cuidado animal, aunque la banda sonora, a menudo abrumadora, eclipsa en ocasiones estos momentos más genuinos.
La película se sustenta en gran medida en las actuaciones de sus jóvenes protagonistas. Tom Holland, en su papel como Sebastien, ofrece una interpretación convincente y llena de matices. Su torpeza inicial, producto de su vida urbana, y su posterior determinación, son palpables. Sin embargo, el mayor peso recae sobre Freya Allan, quien interpreta a Belle. Allan consigue transmitir la fragilidad y el dolor de la perra, creando una conexión emocional con el espectador. La relación entre ambos personajes es, sin duda, el corazón de la película y la que funciona mejor, aunque a veces la película recurre a estereotipos y simplificaciones en la representación de la maltrato animal.
El guion es, quizás, el aspecto más débil de la película. Si bien la premisa inicial es interesante, la trama se vuelve repetitiva y predecible. La introducción de personajes secundarios, como la tía de Sebastien, carece de profundidad y se siente como relleno. Además, el conflicto central, el maltrato de Belle, se resuelve de manera demasiado rápida y con una solución poco creíble. La película parece temer abordar la complejidad de las dinámicas familiares y la realidad del abandono animal, optando por un final feliz y simplista. En definitiva, "Belle y Sebastián: La nueva generación" tiene potencial, pero no logra elevarse por encima de la mediocridad, ofreciendo una experiencia entretenida pero sin sustancia.
Nota: 6/10