Below (2002)

“Below” es una película de ciencia ficción atmosférica y perturbadora que, a pesar de su relativa modestia técnica, logra sumergir al espectador en un ambiente de claustrofobia y desesperación que persiste incluso después de salir del cine. Dirigida por Vincenzo Natali, la película no se centra en la lucha contra el enemigo nazi, como podríamos esperar de una historia ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, sino en una entidad desconocida y aterradora que emerge de las profundidades del océano y se instala a bordo de un submarino estadounidense. Este cambio de enfoque es la clave para su singularidad y, en mi opinión, su principal fortaleza.

La dirección de Natali es magistral. Se centra en el terror psicológico en lugar de los sustos fáciles. El uso del sonido, particularmente, es excepcional. El zumbido constante del submarino, la reverberación de los instrumentos y el creciente ruido del “algo” que se acerca a la tripulación se combinan para crear una sensación de incomodidad palpable. La iluminación, en su mayoría tenue y sombría, acentúa el aislamiento y la vulnerabilidad de la tripulación. No hay efectos especiales ostentosos, pero la película utiliza los recursos visuales de manera inteligente para generar tensión. La fotografía es fría y analógica, lo que refuerza la idea de un espacio inmenso, oscuro y potencialmente hostil. Se aprecia una meticulosa atención al detalle en la recreación del interior del submarino, haciendo que la sensación de confinamiento sea aún más impactante.

Las actuaciones son sólidos y creíbles. Michael Pitt como el primer oficial, un hombre atormentado por su pasado, ofrece una interpretación convincente, con un enfoque en el miedo silencioso y la duda. El resto de la tripulación, interpretada por un elenco variado, también cumple su cometido, aportando profundidad a la dinámica del grupo. Pitt, en particular, transmite una sensación de fragilidad que es fundamental para el desarrollo de la trama. No se trata de héroes valientes, sino de hombres comunes enfrentados a un horror inimaginable. Su desesperación y sus intentos de comprender lo que está sucediendo son los motores de la historia.

El guion, aunque a veces lento y contemplativo, es intrigante y bien construido. La trama se desarrolla con deliberación, revelando gradualmente la naturaleza del “algo” y sus intenciones. La película plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del horror, el miedo a lo desconocido y la fragilidad de la percepción humana. El misterio central se desarrolla de manera orgánica, evitando explicaciones simplistas y dejando al espectador con muchas preguntas sin respuesta. El final, ambiguo y perturbador, es, en mi opinión, uno de los mejores de los últimos años y obliga a una reflexión posterior sobre el significado de la historia. A pesar de su ritmo pausado, la película mantiene el interés del espectador gracias a su atmósfera opresiva y sus ideas provocadoras.

Nota: 7/10