“Bennett’s War” no es, en ningún caso, una película grandilocuente. Se aleja del bombardeo heroico tradicional y se centra en la lucha implacable de Bennett, un exsoldado devastado por una amputación y una serie de lesiones que parecían condenarlo a una vida de dependencia. El director, Adam Backler, ha optado por una estética cruda y realista que, lejos de sensacionalizar el trauma, lo retrata con una honestidad desconcertante y a veces perturbadora. No hay explosiones espectaculares ni música épica, solo la soledad y el dolor palpable en cada plano.
La película se construye lentamente, explorando la rehabilitación física y emocional de Bennett, interpretado con una intensidad notable por Joseph Cross. Cross no busca la heroicidad, sino la fragilidad. Su interpretación es magistral: vemos el dolor crónico, la frustración y la desesperación, pero también la tenaz voluntad de sobrevivir. La dirección de Backler se apoya enormemente en la sutileza, utilizando primeros planos y movimientos de cámara lentos para captar cada detalle del sufrimiento de Bennett, sin recurrir a clichés. El actor logra transmitir una verdad emocional profunda, haciendo que la improbable aspiración de Bennett a convertirse en piloto de motocross parezca no solo un desafío físico, sino un acto de resistencia contra la oscuridad.
El guion, en gran medida escrito por el propio Cross, es una de las mayores fortalezas de la película. Se centra en la dinámica familiar, mostrando el impacto de la situación de Bennett en su esposa, Sarah (interpretada con gran delicadeza por Naomi Watts), y en su hija, Lily. La película no romantiza el sacrificio, sino que explora la complejidad de las relaciones familiares bajo una presión insoportable. Los diálogos son naturales y honestos, evitando la moralización. La historia no se centra únicamente en la superación individual, sino en la red de apoyo y el amor que permite a Bennett luchar. La trama se construye con pequeños momentos de calidez y conexión, contrastando fuertemente con la crudeza del dolor físico y emocional.
Sin embargo, la película no está exenta de algunas debilidades. La narrativa, aunque potente, puede resultar algo lenta en algunos momentos, y la resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. Además, el enfoque en la representación de la discapacidad, aunque bien intencionado, podría considerarse a veces superficial. No obstante, “Bennett’s War” es una película profundamente conmovedora que desafía las expectativas y nos obliga a confrontar la realidad del trauma y la resiliencia del espíritu humano. Es una obra que se queda grabada en la memoria, no por su espectacularidad, sino por su honestidad brutal y su capacidad para evocar emociones auténticas.
Nota: 7/10