Beowulf (2007)

“Beowulf” de Robert Zemeckis, estrenada en 2007, es una experiencia cinematográfica ambiciosa, pero a menudo frustrante. La película, basada en la épica poema anglosajón, se erige como un espectáculo visual deslumbrante, un intento colosal de traducir la grandeza y la brutalidad del relato a la pantalla grande. Sin embargo, a pesar de su espectacularidad, la película sufre de un guion demasiado comprimido y una dirección que, en ocasiones, prioriza la grandiosidad sobre la sustancia emocional.

Zemeckis opta por una estética de captura de movimiento que, en principio, prometía un Beowulf realista y visceral. Y, en gran medida, lo consigue. El actor Gerard Butler, como Beowulf, ofrece una interpretación física convincente, transmitiendo la fuerza y la ferocidad del legendario guerrero. Sus movimientos, aunque a veces ligeramente robóticos, son impactantes y aportan una nueva perspectiva al personaje. La lucha contra Grendel es, sin duda, uno de los momentos más fuertes de la película, con efectos visuales que desafían la credibilidad, pero que, en su conjunto, logran un resultado impactante. Sin embargo, la dependencia excesiva de esta técnica de captura de movimiento, en algunos planos, genera un desapego emocional que dificulta la conexión del espectador con el personaje.

La película se centra, por supuesto, en la batalla contra Grendel, interpretado con un gusto enfermizo por el horror Heath Ledger. Aunque Ledger consigue transmitir la maldad del monstruo, su personaje es, en última instancia, unidimensional y carente de profundidad. La amenaza de la Madre de Grendel, interpretada por Raziel Esquerdo, presenta un aspecto más interesante, aunque su papel, al igual que el de Grendel, es limitado y se siente como un añadido circunstancial a la trama principal. La película se demora demasiado en explorar la dinámica familiar de los monstruos, sacrificando el ritmo y la tensión narrativa.

El guion, adaptado de un poema antiguo, se simplifica considerablemente, eliminando gran parte del contexto cultural y la riqueza simbólica del original. La historia se reduce a una sucesión de batallas y demostraciones de fuerza. El romance entre Beowulf y Elsa, interpretada por Angelina Jolie, es forzado y carente de resonancia. La película carece de una visión clara de las motivaciones de los personajes y la película se pierde en exposiciones de diálogo que, en lugar de profundizar en las relaciones, solo sirven para explicar la trama.

A pesar de sus deficiencias, "Beowulf" ofrece momentos visualmente impresionantes y una actuación destacada de Gerard Butler. No obstante, la sobreproducción, el guion simplificado y la falta de profundidad emocional impiden que la película alcance su máximo potencial. Se trata de una experiencia cinematográfica encomiable en términos de escala y espectáculo, pero que, en última instancia, se siente vacía y desapasionada. Se podría haber sido un hito, pero en lugar de ello, se queda en un intento fallido de capturar la esencia de una leyenda.

Nota: 6/10